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Sumos Pontífices

Benedicto XVI 

Jóvenes

 

AÑO 2005 

MAYO

*La instrucción religiosa ayuda a los jóvenes a descubrir el pleno sentido de la existencia humana, de modo especial la relación fundamentalmente importante entre la libertad y la verdad (Discurso, 19 de mayo). 

AGOSTO

*Queridos jóvenes, la felicidad que buscáis, la felicidad que tenéis derecho a saborear, tiene un nombre, un rostro: el de Jesús de Nazaret oculto en la Eucaristía. Sólo Él da plenitud de vida a la humanidad (Discurso, 18 de agosto). 

*Abrid vuestro corazón a Dios. Dejaos sorprender por Cristo. Dadle el derecho a hablaros. Abrid las puertas de vuestra libertad a su amor misericordioso (Discurso, 18 de agosto). 

*Los jóvenes son una llamada viviente a la fe (Discurso, 21 de agosto). 

*Hay que buscar nuevos caminos para llegar a los jóvenes (Discurso, 21 de agosto). 

*Debemos aceptar la provocación de los jóvenes y educar a los jóvenes en la paciencia, sin la que no se puede llegar a nada; debemos educarlos en el discernimiento, en un sano realismo, en la capacidad de tomar decisiones definitivas (Discurso, 21 de agosto). 

SEPTIEMBRE

*Queridos jóvenes, dejaos implicar en la vida nueva que brota del encuentro con Cristo y podréis ser apóstoles de su paz (Homilía, 2 de septiembre). 

*Queridos jóvenes, vosotros sois los destinatarios de numerosos  mensajes, que os llegan sobre todo a través de los medios de comunicación social. Estad vigilantes. Sed críticos. No vayáis tras la ola producida por esa poderosa acción de persuasión (Homilía, 2 de septiembre). 

*No tengáis miedo, queridos amigos (jóvenes),  de preferir los caminos “alternativos” indicados por el amor verdadero: un estilo de vida sobrio y solidario; relaciones afectivas sinceras y puras; un empeño honrado en el estudio y en el trabajo; un interés profundo por el bien común (Homilía, 2 de septiembre). 

NOVIEMBRE

*Hay que educar a los jóvenes en la fe; se trata de una educación basada en el encuentro directo y personal con el hombre, en el testimonio –es decir, en la auténtica transmisión de la fe, de la esperanza, de la caridad, y de los valores que derivan directamente de ellas- de persona apersona. Por tanto, se trata de un auténtico encuentro con otra persona, a la que primero hay que escuchar y comprender (Discurso, 26 de noviembre). 

DICIEMBRE 

*Esta labor del voluntariado tan difundida es una escuela de vida para los jóvenes, que educa a la solidaridad y a estar disponibles para dar no sólo algo, sino a sí mismos (Encíclica-30, 25 de diciembre). 

AÑO 2006 

MARZO

*Es significativo que estos jóvenes, que en las discotecas tratan de estar muy cerca unos de otros, en realidad sufren una gran soledad y, naturalmente, también incomprensión (Encuentro, 2 de marzo). 

ABRIL

*Es necesario que los jóvenes tengáis a Jesús como uno de vuestros amigos más queridos, más aún, el primero. Así veréis cómo la amistad con él os lleva a abriros a los demás, a quienes consideráis hermanos, manteniendo con cada uno una relación de amistad sincera (Discurso, 10 de abril). 

JUNIO

*Que las nuevas generaciones puedan experimentar a la Iglesia como una compañía de amigos realmente digna de confianza, cercana en todos los momentos y circunstancias de la vida (Discurso, 5 de junio). 

*Proponer a los muchachos y a los jóvenes experiencias prácticas de servicio al prójimo más necesitado forma parte de una auténtica y plena educación en la fe (Discurso, 5 de junio). 

*Nuestros muchachos, adolescentes y jóvenes necesitan vivir la fe como alegría, gustar la serenidad profunda que brota del encuentro con el Señor (Discurso, 5 de junio). 

*A vosotros, queridos muchachos y jóvenes,  quisiera pediros que os fiéis de la Iglesia, que la améis y confiéis en ella, porque en ella está presente el Señor y porque lo único que busca es vuestro verdadero bien (Discurso, 5 de junio). 

NOVIEMBRE

*A los jóvenes les resulta difícil comprometerse de forma definitiva. Tienen miedo a lo definitivo, que les parece irrealizable y opuesto a la libertad (Discurso, 18 de noviembre). 

AÑO 2007 

ENERO

*La belleza, que es como un espejo de lo divino, inspira y vivifica los corazones y mentes jóvenes, mientras que la fealdad y la tosquedad tienen un impacto deprimente en las actitudes y comportamientos (Mensaje, 24 de enero). 

*Tres ámbitos de la vida cotidiana en que vosotros, queridos jóvenes,  estáis llamados de modo particular a manifestar el amor de Dios: La Iglesia, la preparación para el futuro, la vida cotidiana en sus diversos aspectos -familia, estudio, el trabajo, el tiempo libre- (Mensaje, 27 de enero). 

*Queridos jóvenes, si Dios os llama a seguirlo en el camino del sacerdocio ministerial o de la vida consagrada, estad preparados para decir “sí” (Mensaje, 27 de enero). 

*Queridos jóvenes, cultivad vuestros talentos no sólo para conquistar una posición social, sino también para ayudar a los demás a “crecer”. Desarrollad vuestras capacidades, no sólo para ser más “competitivos” y “productivos”, sino para ser “testigos de la caridad” (Mensaje, 27 de enero). 

*Que el Espíritu os haga a los jóvenes creativos en la caridad, perseverantes en los compromisos que asumís y audaces en vuestras iniciativas, contribuyendo así a la edificación de la “civilización del amor” (Mensaje, 27 de enero). 

*Queridos jóvenes, quisiera invitaros a “atreverse a amar”, a no desear más que un amor fuerte y hermoso, capaz de hacer de toda vuestra vida una gozosa realización del don de vosotros mismos a Dios y a los hermanos, imitando a Aquél que por medio del amor, ha vencido para siempre el odio y la muerte (Mensaje, 27 de enero). 

ABRIL

*No tengáis miedo de entregar vuestra vida a Cristo. Él jamás defrauda nuestras expectativas, porque sabe lo que hay en nuestro corazón (Discurso, 21 de abril). 

*Esta es vuestra misión, queridos jóvenes amigos. Trabajemos por la justicia, por la paz, por la solidaridad, por la verdadera libertad (Discurso, 21 de abril). 

MAY0

*Podéis los jóvenes ser protagonistas de una sociedad nueva si os esforzáis por poner en práctica una conducta concreta inspirada en los valores morales universales (Encuentro, 10 de mayo). 

JUNIO

*La preparación seria de los jóvenes para el matrimonio debe ayudarles a superar la reticencia a fundar una familia estable, abierta al futuro (Discurso, 1 de junio). 

*A los muchachos y a los jóvenes se les puede ayudar a liberarse de prejuicios generalizados y a darse cuenta de que el modo cristiano de vivir es realizable y razonable, más aún, el más razonable, con mucho (Discurso, 11 de junio). 

*Los adolescentes y los jóvenes, cuando se sienten respetados y tomados en serio en su libertad, a pesar de su inconstancia y fragilidad, se muestran dispuestos a dejarse interpelar por propuestas exigentes; más aún, se sienten atraídos y a menudo fascinados por ellas (Discurso, 11 de junio). 

AGOSTO

*La juventud tiene derecho, desde el inicio de su proceso formativo, a ser educada en la fe y en las sanas costumbres (Discurso, 9 de agosto). 

SEPTIEMBRE

*En lo más íntimo del corazón, todo muchacho y toda muchacha que se abre a la vida cultiva el sueño de un amor que dé pleno sentido a su futuro (Discurso, 1 de septiembre). 

*Queridos jóvenes, dejaos implicar en la vida nueva que brota del encuentro con Cristo y podréis ser apóstoles de su paz (Homilía, 2 de septiembre). 

*No sigáis el camino del orgullo, sino el de la humildad. Id contra corriente: no escuchéis las voces interesadas y persuasivas que hoy, desde muchas partes, proponen modelos de vida marcados por la arrogancia y la violencia, por la prepotencia y el éxito a toda costa, por el aparecer y el tener, en detrimento del ser (Homilía, 2 de septiembre). 

*Vosotros sois los destinatarios de numerosos mensajes, que os llegan sobre todo a través de los medios de comunicación social. Estad vigilantes. Sed críticos. No vayáis tras la ola producida por esa poderosa acción de persuasión (Homilía, 2 de septiembre). 

*No tengáis miedo, queridos amigos, de preferir los caminos “alternativos” indicados por el amor verdadero: un estilo de vida sobrio y solidario; relaciones afectivas sinceras y puras; un empeño honrado en el estudio y en el trabajo, un interés profundo por el bien común (Homilía, 2 de septiembre). 

*No tengáis miedo de ser diferentes y de ser criticados por lo que puede parecer perdedor o pasado de moda: vuestros coetáneos y también los adultos, especialmente los que parecen más alejados de la mentalidad y de los valores del Evangelio, tienen profunda necesidad de ver a alguien que se atreva a vivir de acuerdo con la plenitud de humanidad manifestada por Jesucristo (Homilía, 2 de septiembre). 

*Los jóvenes deben encontrar en las familias el lugar habitual para crecer humana y espiritualmente (Discurso, 6 de septiembre). 

OCTUBRE

*Como primera escuela de vida y de fe, y como “iglesia doméstica”, la familia está llamada a educar a las nuevas generaciones en los valores humanos y cristianos para que, orientando su vida según el modelo de Cristo, forjen en ellas una personalidad armónica (Carta, 1 de octubre). 

AÑO 2008 

FEBRERO

*La juventud, en particular, es tiempo de esperanza, porque mira al futuro con diversas expectativas (Mensaje, 22 de febrero). 

*Sed pacientes y perseverantes, venciendo la natural tendencia de los jóvenes a la prisa, a querer obtener todo y de inmediato (Mensaje, 22 de febrero). 

ABRIL

*Buenos jóvenes cristianos constituyen buenos ciudadanos (Discurso, 17 de abril). 

*Los jóvenes necesitan ser ayudados para discernir  la vía que conduce a la verdadera libertad: la vía de una sincera y generosa imitación de Cristo, la vía de la entrega a la justicia y a la paz (Homilía, 17 de abril). 

*Los jóvenes, que por naturaleza tienen sed de verdad y de amor (Audiencia, 30 de abril). 

MAYO

*En el corazón todos debemos seguir siendo jóvenes (Discurso, 18 de mayo). 

*Ser joven implica ser bueno y generoso (Discurso, 18 de mayo). 

*Estad unidos entre vosotros, ayudaos a vivir y a crecer en la fe y en la vida cristiana, para que podáis ser testigos intrépidos del Señor (Discurso, 18 de mayo). 

*Estad unidos, pero no encerrados. Sed humildes, pero no tímidos. Sed sencillos pero no ingenuos. Sed sensatos, pero no complicados. Entrad en diálogo con todos, pero sed vosotros mismos (Discurso, 18 de mayo). 

JUNIO

*Haced fructificar los dones que Dios os ha regalado con la juventud: la fuerza, la inteligencia, la valentía, el entusiasmo y el deseo de vivir (Discurso, 14 de junio). 

*No tengáis miedo de anunciar a Cristo a los jóvenes de vuestra edad. Mostradles que Cristo no es un obstáculo para vuestra vida, ni para vuestra libertad (Mensaje, 21 de junio). 

*Al contrario, mostradles a los jóvenes de vuestra edad que Cristo os da la verdadera vida, os hace libres para luchar contra el mal y para hacer que vuestra vida sea bella (Mensaje, 21 de junio). 

*Si abrís todo vuestro ser y toda vuestra vida a la mirada de Cristo, no quedaréis oprimidos; al contrario, descubriréis que sois amados de una manera infinita (Mensaje, 21 de junio) 

SEPTIEMBRE

*Hacen falta jóvenes interiormente abiertos, deseosos de aprender y de llevar todo a las exigencias y evidencias originarias del corazón (Discurso, 7 de septiembre). 

*Queridos jóvenes, no tengáis miedo de decir sí a las llamadas del Señor, cuando él os invite a seguirlo. Responded generosamente al Señor. Sólo él puede colmar los anhelos más profundos de vuestro corazón (Homilía, 14 de septiembre). 

AÑO 2009 

SEPTIEMBRE

*No es difícil constatar que en cada joven existe una aspiración a la felicidad, a veces mezclada con un sentimiento de inquietud; una aspiración que, sin embargo, la actual sociedad de consumo explota frecuentemente de forma falsa y alienante (Mensaje, 28 de septiembre). 

*La preparación para este sacramento del matrimonio constituye un verdadero camino vocacional. Considerad entonces seriamente la llamada divina a formar una familia cristiana, y que vuestra juventud sea el tiempo de construir con sentido de responsabilidad vuestro futuro (Mensaje, 28 de septiembre). 

*Cuando el corazón de un joven se abre a sus proyectos divinos, no le cuesta demasiado reconocer y seguir su voz. De hecho, el Señor llama a cada uno por su nombre y a cada uno desea confiar una misión específica en la Iglesia y en la sociedad (Mensaje, 28 de septiembre). 

*Si nuestros ojos permanecen abiertos a la belleza de la creación de Dios y nuestras mentes a la belleza de su verdad, entonces podremos verdaderamente esperar seguir siendo jóvenes y construir un mundo que refleje algo de la belleza divina, de modo que ofrezca inspiración a las futuras generaciones para hacer otro tanto (Discurso, 28 de septiembre). 

*Sólo en la búsqueda sincera de la verdad, del bien y de la belleza se puede ofrecer realmente un futuro a los jóvenes de hoy y a las futuras generaciones (Audiencia, 30 de septiembre). 

NOVIEMBRE 

*El testimonio personal, hecho de elecciones existenciales y concretas, animará a los jóvenes a tomar decisiones comprometidas que determinen su futuro (Mensaje, 13 de noviembre). 

*Para ayudar a los jóvenes es necesario el arte del encuentro y del diálogo capaz de iluminarles y acompañarles, a través sobre todo de la ejemplaridad de la existencia vivida como vocación (Mensaje, 13 de noviembre). 

AÑO 2010 

FEBRERO

*Los jóvenes de todos los continentes, destinatarios privilegiados y sujetos del anuncio evangélico deben percibir que los cristianos llevan la palabra de Cristo porque él es la Verdad, porque han encontrado en él el sentido, la verdad para su vida (Mensaje, 6 de febrero). 

MARZO

*Exhorto a los jóvenes  a que traten, con todo el corazón, de descubrir su vocación al amor, como personas y como bautizados. Esta es la clave de toda la existencia. Que inviertan todas sus energías en acercarse a esa meta día tras día, sostenidos por la Palabra de Dios y por los sacramentos de la Reconciliación y la Eucaristía (Carta, 20 de marzo).

MAYO 

*El joven del Evangelio, como sabemos, pregunta a Jesús: “¿Qué tengo que hacer para tener la vida eterna?”. Hoy no es fácil hablar de vida eterna y de realidades eternas, porque la mentalidad de nuestro tiempo nos dice que no existe nada definitivo: todo cambia e incluso muy rápidamente (Discurso, 2 de mayo).

*Cada uno de nosotros no ha sido creado para realizar elecciones provisionales y revocables, sino elecciones definitivas e irrevocables, que dan sentido pleno a la existencia. Lo vemos en nuestra vida: quisiéramos que toda experiencia bella, que nos llena de felicidad, no terminara nunca (Discurso, 2 de mayo).

*Dios nos ha creado con vistas al “para siempre”; ha puesto en el corazón de cada uno de nosotros la semilla de una vida que realice algo bello y grande. Tened a valentía de hacer elecciones definitivas y de vivirlas con fidelidad. El Señor podrá llamaros al matrimonio, al sacerdocio, a la vida consagrada, a una entrega particular de vosotros mismos: respondedle con generosidad (Discurso, 2 de mayo).

*En el diálogo con el joven que poseía muchas riquezas, Jesús indica cuál es la riqueza más importante y más grande de la vida: el amor. Amar a Dios y amar a los demás con todo su ser (Discurso, 2 de mayo).

*La palabra amor, como sabemos, se presta a varias interpretaciones y tiene distintos significados: nosotros necesitamos un Maestro, Cristo, que nos indique su sentido más auténtico y más profundo, que nos guíe a la fuente del amor y de la vida. Amor es el nombre propio de Dios (Discurso, 2 de mayo).

*En el encuentro con Cristo y en el amor mutuo experimentamos en nosotros la vida misma de Dios, que permanece en nosotros con su amor perfecto, total, eterno. Así pues, no hay nada más grande para el hombre, ser mortal y limitado, que participar en la vida de amor de Dios (Discurso, 2 de mayo).

*Hoy vivimos en un contexto cultural que no favorece relaciones humanas profundas y desinteresadas, sino, al contrario, induce a menudo a cerrarse en sí mismos, al individualismo, a dejar que prevalezca el egoísmo que hay en el hombre (Discurso, 2 de mayo).

*Pero el corazón de un joven por naturaleza es sensible al amor verdadero. Por ello me dirijo con gran confianza a cada uno de vosotros y os digo: no es fácil hacer de vuestra vida algo bello y grande; es arduo, pero con Cristo todo es posible (Discurso, 2 de mayo).

*Sí, queridos jóvenes, Jesús quiere ser vuestro amigo, vuestro hermano en la vida, el maestro que os indica el camino a recorrer para alcanzar la felicidad. Él os ama por lo que sois, con vuestra fragilidad y debilidad, para que, tocados por su amor, podáis ser transformados (Discurso, 2 de mayo).

*Queridos amigos, el amor de Cristo al joven del Evangelio es el mismo que tiene a cada uno de nosotros. No es un amor confinado en el pasado, no es un espejismo, no está reservado a pocos. Encontraréis este amor y experimentaréis toda su fecundidad si buscáis con sinceridad y vivís con empeño vuestra participación en la vida de la comunidad cristiana (Discurso, 2 de mayo).

*Que cada uno se sienta “parte viva” de la Iglesia, implicado en la tarea de la evangelización, sin miedo, con un espíritu de sincera armonía con los hermanos en la fe y en comunión con los pastores, saliendo de una tendencia individualista también al vivir la fe, para respirar a pleno pulmón la belleza de formar parte del gran mosaico de la Iglesia de Cristo (Discurso, 2 de mayo).

*Queridos jóvenes, tened el valor de elegir lo que es esencial en la vida. “Vivir y no ir tirando” (Discurso, 2 de mayo).

*Los jóvenes albergan una sed en su corazón, y esta sed es una búsqueda de significado y de relaciones humanas auténticas, que ayuden a no sentirse solos ante los desafíos de la vida (Discurso, 27 de mayo).

*Volvamos, pues, a proponer a los jóvenes la medida alta y trascendente de la vida, entendida como vocación: que llamados a la vida consagrada, al sacerdocio, al matrimonio, sepan responder con generosidad a la llamada del Señor, porque sólo así podrán captar lo que es esencial para cada uno (Discurso, 27 de mayo).

*La formación de las nuevas generaciones no puede menos de interesar a todos los hombres de buena voluntad, interpelando la capacidad de toda la sociedad de asegurar referencias fiables para el desarrollo armónico de las personas (Discurso, 27 de mayo). 

JUNIO

*Y ahora me dirijo especialmente a vosotros, queridos jóvenes de Chipre. ¡Sed fuertes en la fe, alegres en el servicio de Dios y generosos con vuestro tiempo y vuestros talentos! Ayudad a construir un futuro mejor para la Iglesia y para vuestro país, poniendo el bien de los demás por encima de vuestro propio bien (Discurso, 5 de junio).

*Queridos jóvenes: no tengáis miedo de elegir el amor como la regla suprema de vida. No tengáis miedo de formar familias cristianas que vivan el amor fiel, indisoluble y abierto a la vida (Discurso, 15 de junio). 

JULIO

*El secreto de la vocación está en la capacidad y en la alegría de distinguir, escuchar y seguir su voz. Pero para hacer esto es necesario acostumbrar a nuestro corazón a reconocer al Señor, a escucharle como a una Persona que está cerca y se ama (Encuentro, 4 de julio). 

*Es importante aprender a vivir momentos de silencio interior en las propias jornadas para se capaces de escuchar la voz del Señor. Estad seguros de que si uno aprende a escuchar esta voz y a seguirla con generosidad, no tiene miedo de nada, sabe y percibe que Dios está con él, con ella, que es Amigo, Padre y Hermano (Encuentro, 4 de julio). 

*El secreto de la vocación está en la relación con Dios, en la oración que crece justamente en el silencio interior, en la capacidad de escuchar que Dios está cerca (Encuentro, 4 de julio).

*Queridos jóvenes: ¡encontrad siempre un espacio en vuestras jornadas para Dios, para escucharle y hablarle! (Encuentro, 4 de julio). 

*Queridos jóvenes: ¡Conservad vuestro entusiasmo, vuestra alegría, aquella que nace de haber encontrado al Señor, y sabed comunicarla también a vuestros amigos, a vuestros coetáneos (Encuentro, 4 de julio). 

*Queridos jóvenes, reconoced y servid a Jesús también en los pobres y en los enfermos, en los hermanos que están en dificultad y necesitan ayuda (Mensaje, 6 de agosto). 

*Entablad y cultivad un diálogo personal con Jesucristo, en la fe. Hablad con él en la oración, confiad en él. Nunca os traicionará (Mensaje, 6 de agosto). 

AGOSTO

*Vosotros los jóvenes sois el futuro de la sociedad y de la Iglesia (Mensaje, 6 de agosto).

*Como escribía el apóstol Pablo a los cristianos de la ciudad de Colosas, es vital tener raíces y bases sólidas. Esto es verdad, especialmente hoy, cuando muchos no tienen puntos de referencia estables para construir su vida, sintiéndose así profundamente inseguros (Mensaje, 6 de agosto).

*Vosotros,  tenéis el derecho de recibir de las generaciones que os preceden puntos firmes para hacer vuestras opciones y construir vuestra vida, del mismo modo que una planta pequeña necesita un apoyo sólido hasta que crezcan sus raíces, para convertirse en un árbol robusto, capaz de dar fruto (Mensaje, 6 de agosto).

*Continuamente se os presentarán propuestas más fáciles, pero vosotros mismos os daréis cuenta de que se revelan como engañosas, no dan serenidad ni alegría. Sólo la Palabra de Dios nos muestra la auténtica senda, sólo la fe que nos ha sido transmitida es la luz que ilumina el camino (Mensaje, 6 de agosto).

*Apoyaos, en cambio, en la fe de vuestros seres queridos, en la fe de la Iglesia, y agradeced al Señor el haberla recibido y haberla hecho vuestra (Mensaje, 6 de agosto).

*No creáis a los que os digan que no necesitáis a los demás para construir vuestra vida. Apoyaos, en cambio, en la fe de vuestros seres queridos, en la fe de la Iglesia, y agradeced al Señor el haberla recibido y haberla hecho vuestra (Mensaje, 6 de agosto).

*En cada época, también en nuestros días, numerosos jóvenes sienten el profundo deseo de que las relaciones interpersonales se vivan en la verdad y la solidaridad (Mensaje, 6 agosto).

*También vosotros, si creéis, si sabéis vivir y dar cada día testimonio de vuestra fe, seréis un instrumento que ayudará a otros jóvenes como vosotros a encontrar el sentido y la alegría de la vida, que nace del encuentro con Cristo (Mensaje, 6 de agosto). 

SEPTIEMBRE

*Lo que Dios desea más de cada uno de vosotros es que seáis santos. Él os ama mucho más de lo jamás podríais imaginar y quiere lo mejor para vosotros. Y, sin duda, lo mejor para vosotros es que crezcáis en santidad (Discurso, 17 de septiembre). 

*Vivimos en una cultura de la fama, y a menudo se alienta a los jóvenes a modelarse según las figuras del mundo del deporte o del entretenimiento. Os pregunto: ¿Cuáles son las cualidades que veis en otros y que más os gustarían para vosotros? ¿Qué tipo de persona os gustaría ser de verdad? (Discurso, 17 de septiembre). 

*Cuando os invito a ser santos, os pido que no os conforméis con ser de segunda fila. Os pido que no persigáis una meta limitada y que ignoréis las demás (Discurso, 17 de septiembre). 

*La felicidad es algo que todos quieren, pero una de las mayores tragedias de este mundo es que muchísima gente jamás la encuentra, porque la busca en los lugares equivocados. La clave para esto es muy sencilla: la verdadera felicidad se encuentra en Dios (Discurso, 17 de septiembre). 

*Necesitamos tener el valor de poner nuestras esperanzas más profundas solamente en Dios, no en el dinero, la carrera, el éxito mundano o en nuestras relaciones personales, sino en Dios. Sólo él puede satisfacer las necesidades más profundas de nuestro corazón (Discurso, 17 de septiembre). 

*Dios no solamente nos ama con una profundidad e intensidad que difícilmente podremos llegar a comprender, sino que, además, nos invita a responder a su amor (Discurso, 17 de septiembre). 

*De modo particular, las nuevas generaciones necesitan ser introducidas a la Palabra de Dios «a través del encuentro y el testimonio auténtico del adulto, la influencia positiva de los amigos y la gran familia de la comunidad eclesial» (Exhortación Apostólica-97, 30 de septiembre).  

*Los jóvenes son ya desde ahora miembros activos de la Iglesia y representan su futuro (Exhortación Apostólica-104, 30 de septiembre).

*En los jóvenes encontramos a menudo una apertura espontánea a la escucha de la Palabra de Dios y un deseo sincero de conocer a Jesús (Exhortación Apostólica-104, 30 de septiembre).

*En la edad de la juventud, surgen de modo incontenible y sincero preguntas sobre el sentido de la propia vida y sobre qué dirección dar a la propia existencia. A estos interrogantes, sólo Dios sabe dar una respuesta verdadera (Exhortación Apostólica-104, 30 de septiembre).

*Esta atención al mundo juvenil implica la valentía de un anuncio claro; hemos de ayudar a los jóvenes a que adquieran confianza y familiaridad con la Sagrada Escritura, para que sea como una brújula que indica la vía a seguir (Exhortación Apostólica-104, 30 de septiembre).

*Es preciso que se presente la divina Palabra también con sus implicaciones vocacionales, para ayudar y orientar así a los jóvenes en sus opciones de vida, incluida la de una consagración total (Exhortación Apostólica-104, 30 de septiembre).  

NOVIEMBRE

*Queridos jóvenes, dejad que os renueve esta llamada que llevo en el corazón: Dios os quiere santos, porque os conoce en lo profundo y os ama con un amor que supera toda comprensión humana. Dios sabe lo que hay en vuestro corazón y espera ver florecer y fructificar ese don maravilloso que ha puesto en vosotros (Mensaje, 4 de noviembre).

*También vosotros podéis hacer de vuestra juventud una ofrenda a Cristo y a los hermanos. Como él, podéis decidir, en esta etapa de vuestra vida, "apostar" por Dios y por el Evangelio (Mensaje, 4 de noviembre).

*Vosotros, queridos jóvenes, no sois sólo la esperanza de la Iglesia; ¡vosotros ya formáis parte de su presente! Y si tenéis la audacia de creer en la santidad, seréis el tesoro más grande de vuestra Iglesia (Mensaje, 4 de noviembre).

*Y quisiera que este mensaje llegara sobre todo a los jóvenes: precisamente a vosotros, este contenido esencial del Evangelio os indica la vía para que, renunciando a un modo de pensar egoísta, de cortos alcances, como tantas veces os proponen, y asumiendo el de Jesús, podáis realizaros plenamente y ser semilla de esperanza (Homilía, 6 de noviembre).

*Hoy no pocos jóvenes, aturdidos por las infinitas posibilidades ofrecidas por las redes informáticas o por otras tecnologías, establecen formas de comunicación que no contribuyen al crecimiento en humanidad, sino que al contrario, corren el riesgo al contrario de aumentar el sentido de soledad y de desorientación (discurso, 15 de noviembre).

*A todos vosotros, jóvenes, enfermos y sanos, os repito la invitación a crear puentes de amor y de solidaridad, para que nadie se sienta solo, sino cerca de Dios y parte de la gran familia de sus hijos (Mensaje, 21 de noviembre). 

DICIEMBRE

*Es primordial, además, que las nuevas generaciones adquieran la convicción de que los conflictos no se vencen con la mera fuerza, sino convirtiendo los corazones al bien y la verdad, acabando con la miseria y el analfabetismo, robusteciendo el Estado de derecho y vigorizando la independencia y eficacia de los tribunales de justicia (Discurso, 3 de diciembre).

*En este sentido, la Iglesia no se cansará de alentar especialmente a los jóvenes, para que descubran la belleza y grandeza que entraña servir fiel y generosamente al amor matrimonial y a la transmisión de la vida (Discurso, 3 de diciembre). 

AÑO 2011

ENERO

*Como todo fruto del ingenio humano, las nuevas tecnologías de comunicación deben ponerse al servicio del bien integral de la persona y de la humanidad entera. Si se usan con sabiduría, pueden contribuir a satisfacer el deseo de sentido, de verdad y de unidad que sigue siendo la aspiración más profunda del ser humano (Mensaje, 24 de enero).

*Transmitir información en el mundo digital significa cada vez más introducirla en una red social, en la que el conocimiento se comparte en el ámbito de intercambios personales (Mensaje, 24 de enero).

*Por otro lado, todo ello tropieza con algunos límites típicos de la comunicación digital: una interacción parcial, la tendencia a comunicar sólo algunas partes del propio mundo interior, el riesgo de construir una cierta imagen de sí mismos que suele llevar a la autocomplacencia (Mensaje, 24 de enero).

*De modo especial, los jóvenes están viviendo este cambio en la comunicación con todas las aspiraciones, las contradicciones y la creatividad propias de quienes se abren con entusiasmo y curiosidad a las nuevas experiencias de la vida (Mensaje, 24 de enero).

*La presencia en estos espacios virtuales puede ser expresión de una búsqueda sincera de un encuentro personal con el otro, si se evitan ciertos riesgos, como buscar refugio en una especie de mundo paralelo, o una excesiva exposición al mundo virtual. El anhelo de compartir, de establecer “amistades”, implica el desafío de ser auténticos, fieles a sí mismos, sin ceder a la ilusión de construir artificialmente el propio “perfil” público (Mensaje, 24 de enero).

*Las nuevas tecnologías permiten a las personas encontrarse más allá de las fronteras del espacio y de las propias culturas, inaugurando así un mundo nuevo de amistades potenciales. Ésta es una gran oportunidad, pero supone también prestar una mayor atención y una toma de conciencia sobre los posibles riesgos (Mensaje, 24 de enero).

*Es importante recordar siempre que el contacto virtual no puede y no debe sustituir el contacto humano directo, en todos los aspectos de nuestra vida (Mensaje, 24 de enero).

*También en la era digital, cada uno siente la necesidad de ser una persona auténtica y reflexiva. Además, las redes sociales muestran que uno está siempre implicado en aquello que comunica (Mensaje, 24 de enero).

*Cuando se intercambian informaciones, las personas se comparten a sí mismas, su visión del mundo, sus esperanzas, sus ideales. Por eso, puede decirse que existe un estilo cristiano de presencia también en el mundo digital, caracterizado por una comunicación franca y abierta, responsable y respetuosa del otro (mensaje, 24 de enero).

*Comunicar el Evangelio a través de los nuevos medios significa no sólo poner contenidos abiertamente religiosos en las plataformas de los diversos medios, sino también dar testimonio coherente en el propio perfil digital y en el modo de comunicar preferencias, opciones y juicios que sean profundamente concordes con el Evangelio, incluso cuando no se hable explícitamente de él (mensaje, 24 de enero).

*Tampoco se puede anunciar un mensaje en el mundo digital sin el testimonio coherente de quien lo anuncia. En los nuevos contextos y con las nuevas formas de expresión, el cristiano está llamado de nuevo a responder a quien le pida razón de su esperanza (Mensaje, 24 de enero).

*El compromiso de ser testigos del Evangelio en la era digital exige a todos el estar muy atentos con respecto a los aspectos de ese mensaje que puedan contrastar con algunas lógicas típicas de la red. Hemos de tomar conciencia sobre todo de que el valor de la verdad que deseamos compartir no se basa en la “popularidad” o la cantidad de atención que provoca. Debemos darla a conocer en su integridad, más que intentar hacerla aceptable, quizá desvirtuándola (Mensaje, 24 de enero).

*La verdad del Evangelio no puede ser objeto de consumo ni de disfrute superficial, sino un don que pide una respuesta libre. Esa verdad, incluso cuando se proclama en el espacio virtual de la red, está llamada siempre a encarnarse en el mundo real y en relación con los rostros concretos de los hermanos y hermanas con quienes compartimos la vida cotidiana. Por eso, siguen siendo fundamentales las relaciones humanas directas en la transmisión de la fe (Mensaje, 24 de enero).

*La red está contribuyendo al desarrollo de nuevas y más complejas formas de conciencia intelectual y espiritual, de comprensión común. También en este campo estamos llamados a anunciar nuestra fe en Cristo, que es Dios, el Salvador del hombre y de la historia, Aquél en quien todas las cosas alcanzan su plenitud (Mensaje, 24 de enero).

*La Verdad, que es Cristo, es en definitiva la respuesta plena y auténtica a ese deseo humano de relación, de comunión y de sentido, que se manifiesta también en la participación masiva en las diversas redes sociales (Mensaje, 24 de enero).

*Los creyentes, dando testimonio de sus más profundas convicciones, ofrecen una valiosa aportación, para que la red no sea un instrumento que reduce las personas a categorías, que intenta manipularlas emotivamente o que permite a los poderosos monopolizar las opiniones de los demás (Mensaje, 24 de enero).

*Por el contrario, los creyentes animan a todos a mantener vivas las cuestiones eternas sobre el hombre, que atestiguan su deseo de trascendencia y la nostalgia por formas de vida auténticas, dignas de ser vividas (Mensaje, 24 de enero).

*Invito sobre todo a los jóvenes a hacer buen uso de su presencia en el espacio digital. Les reitero nuestra cita en la próxima Jornada Mundial de la Juventud, en Madrid, cuya preparación debe mucho a las ventajas de las nuevas tecnologías (Mensaje, 24 de enero). 

FEBRERO

*Hay que procurar mostrar a los jóvenes la importancia de los sacramentos como instrumentos de la gracia y de la ayuda de Dios. Esto vale especialmente para el sacramento del matrimonio, que santifica la vida conyugal desde el principio, de modo que la presencia de Dios sostenga a las parejas jóvenes en sus problemas Discurso, 18 de febrero).

JUNIO 

*Queridos amigos, vuestra juventud es un tiempo que el Señor os da para poder descubrir el significado de la existencia (Discurso, 4 de junio).

*Jesús os habla hoy: mediante el Evangelio y el Espíritu Santo, Él se hace contemporáneo vuestro. Es Él quien os busca, aun antes de que vosotros lo busquéis (Discurso, 4 de junio).

*Respetando plenamente vuestra libertad, Jesús se acerca a cada uno de vosotros y se presenta como la respuesta auténtica y decisiva a ese anhelo que anida en vuestro ser, al deseo de una vida que vale la pena ser vivida (Discurso, 4 de junio).

*Queridos jóvenes, arraigados en Cristo, podréis vivir en plenitud lo que sois (Discurso, 4 de junio).

*Creciendo en la amistad con el Señor, a través de su Palabra, de la Eucaristía y de la pertenencia a la Iglesia, con la ayuda de vuestros sacerdotes, podréis testimoniar a todos la alegría de haber encontrado a Aquél que siempre os acompaña y os llama a vivir en la confianza y en la esperanza (Discurso, 4 de junio).

*El Señor Jesús no es un maestro que embauca a sus discípulos: nos dice claramente que el camino con Él requiere esfuerzo y sacrificio personal, pero que vale la pena (Discurso, 4 de junio).

*Queridos jóvenes amigos, no os dejéis desorientar por las promesas atractivas de éxito fácil, de estilos de vida que privilegian la apariencia en detrimento de la interioridad (Discurso, 4 de junio).

*Queridos amigos, os invito a tomar conciencia de esta sana y positiva inquietud; a no tener miedo de plantearos las preguntas fundamentales sobre el sentido y sobre el valor de la vida. No os quedéis en las respuestas parciales, inmediatas, ciertamente más fáciles en un primer momento y más cómodas, que pueden dar algunos ratos de felicidad, de exaltación, de embriaguez, pero que no os llevan a la verdadera alegría de vivir, la que nace de quien construye —como dice Jesús— no sobre arena, sino sobre sólida roca (Discurso, 19 de junio).

*Aprended a reflexionar, a leer de modo no superficial, sino en profundidad, vuestra experiencia humana: descubriréis, con asombro y con alegría, que vuestro corazón es una ventana abierta al infinito. Esta es la grandeza del hombre y también su dificultad (Discurso, 19 de junio).

*No se trata, de ninguna manera, de despreciar el uso de la razón o de rechazar el progreso científico; todo lo contrario. Se trata más bien de comprender que cada uno de nosotros no está hecho sólo de una dimensión «horizontal», sino que comprende también la dimensión «vertical» (Discurso, 19 de junio).

*Los datos científicos y los instrumentos tecnológicos no pueden sustituir al mundo de la vida, a los horizontes de significado y de libertad, o a la riqueza de las relaciones de amistad y de amor (Discurso, 19  de junio).

*Queridos jóvenes, precisamente en la apertura a la verdad integral de nosotros mismos y del mundo descubrimos la iniciativa de Dios con respecto a nosotros. Él sale al encuentro de cada hombre y le da a conocer el misterio de su amor (Discurso, 19 de junio).

*No temáis afrontar las situaciones difíciles, los momentos de crisis, las pruebas de la vida, porque ¡el Señor os acompaña, está con vosotros! (Discurso, 19 de junio).

AGOSTO

*¿Por qué y para qué ha venido esta multitud de jóvenes a Madrid? Aunque la respuesta deberían darla ellos mismos, bien se puede pensar que desean escuchar la Palabra de Dios, como se les ha propuesto en el lema para esta Jornada Mundial de la Juventud, de manera que, arraigados y edificados en Cristo, manifiesten la firmeza de su fe (Discurso, 18 de agosto).

*Este descubrimiento del Dios vivo alienta a los jóvenes y abre sus ojos a los desafíos del mundo en que viven, con sus posibilidades y limitaciones (Discurso, 18 de agosto).

*Muchos jóvenes, además, miran con preocupación el futuro ante la dificultad de encontrar un empleo digno, o bien por haberlo perdido o tenerlo muy precario e inseguro. Hay otros que precisan de prevención para no caer en la red de la droga, o de ayuda eficaz, si por desgracia ya cayeron en ella (Discurso, 18 de agosto).

*No pocos, por causa de su fe en Cristo, sufren en sí mismos la discriminación, que lleva al desprecio y a la persecución abierta o larvada que padecen en determinadas regiones y países. Se les acosa queriendo apartarlos de Él, privándolos de los signos de su presencia en la vida pública, y silenciando hasta su santo Nombre (Discurso, 18 de agosto).

*Pero yo vuelvo a decir a los jóvenes, con todas las fuerzas de mi corazón: que nada ni nadie os quite la paz; no os avergoncéis del Señor. Él no ha tenido reparo en hacerse uno como nosotros y experimentar nuestras angustias para llevarlas a Dios, y así nos ha salvado (Discurso, 18 de agosto).

*En este contexto, es urgente ayudar a los jóvenes discípulos de Jesús a permanecer firmes en la fe y a asumir la bella aventura de anunciarla y testimoniarla abiertamente con su propia vida (Discurso, 18 de agosto).

*Queridos jóvenes, escuchad de verdad las palabras del Señor para que sean en vosotros «espíritu y vida» (Jn 6,63), raíces que alimentan vuestro ser, pautas de conducta que nos asemejen a la persona de Cristo, siendo pobres de espíritu, hambrientos de justicia, misericordiosos, limpios de corazón, amantes de la paz (Discurso, 18 de agosto).

*Al edificar sobre la roca firme, no solamente vuestra vida será sólida y estable, sino que contribuirá a proyectar la luz de Cristo sobre vuestros coetáneos y sobre toda la humanidad, mostrando una alternativa válida a tantos como se han venido abajo en la vida, porque los fundamentos de su existencia eran inconsistentes (Discurso, 18 de agosto).

*Hay muchos que, creyéndose dioses, piensan no tener necesidad de más raíces ni cimientos que ellos mismos (Discurso, 18 de agosto).

*Queridos amigos: sed prudentes y sabios, edificad vuestras vidas sobre el cimiento firme que es Cristo. Esta sabiduría y prudencia guiará vuestros pasos, nada os hará temblar y en vuestro corazón reinará la paz (Discurso, 18 de agosto).

*Queridos jóvenes, que el amor de Cristo por nosotros aumente vuestra alegría y os aliente a estar cerca de los menos favorecidos. Vosotros, que sois muy sensibles a la idea de compartir la vida con los demás, no paséis de largo ante el sufrimiento humano, donde Dios os espera para que entreguéis lo mejor de vosotros mismos: vuestra capacidad de amar y de compadecer (Discurso, 19 de agosto).

*Los jóvenes necesitan auténticos maestros; personas abiertas a la verdad total en las diferentes ramas del saber, sabiendo escuchar y viviendo en su propio interior ese diálogo interdisciplinar; personas convencidas, sobre todo, de la capacidad humana de avanzar en el camino hacia la verdad (Discurso, 19 de agosto).

*La juventud es tiempo privilegiado para la búsqueda y el encuentro con la verdad (Discurso, 19 de agosto).

*¿Cómo puede un joven ser fiel a la fe cristiana y seguir aspirando a grandes ideales en la sociedad actual? En el evangelio que hemos escuchado, Jesús nos da una respuesta a esta importante cuestión: «Como el Padre me ha amado, así os he amado yo; permaneced en mi amor» [Jn 15, 9] (Discurso, 20 de agosto).

*Queridos jóvenes, no os conforméis con menos que la Verdad y el Amor, no os conforméis con menos que Cristo (Discurso, 20 de agosto).

*Queridos amigos, que ninguna adversidad os paralice. No tengáis miedo al mundo, ni al futuro, ni a vuestra debilidad. El Señor os ha otorgado vivir en este momento de la historia, para que gracias a vuestra fe siga resonando su Nombre en toda la tierra (Discurso, 20 de agosto).

*En esta vigilia de oración, os invito a pedir a Dios que os ayude a descubrir vuestra vocación en la sociedad y en la Iglesia y a perseverar en ella con alegría y fidelidad. Vale la pena acoger en nuestro interior la llamada de Cristo y seguir con valentía y generosidad el camino que él nos proponga (Discurso, 20 de agosto).

*A muchos, el Señor los llama al matrimonio, en el que un hombre y una mujer, formando una sola carne [cf. Gn 2, 24], se realizan en una profunda vida de comunión. Es un horizonte luminoso y exigente a la vez (Discurso, 20 de agosto).

*A otros, en cambio, Cristo los llama a seguirlo más de cerca en el sacerdocio o en la vida consagrada. Qué hermoso es saber que Jesús te busca, se fija en ti y con su voz inconfundible te dice también a ti: «¡Sígueme! (Discurso, 20 de agosto).

*Queridos jóvenes, para descubrir y seguir fielmente la forma de vida a la que el Señor os llame a cada uno, es indispensable permanecer en su amor como amigos (Discurso, 20 de agosto).

*Os invito, pues, a permanecer ahora en la adoración a Cristo, realmente presente en la Eucaristía. A dialogar con Él, a poner ante Él vuestras preguntas y a escucharlo. Queridos amigos, yo rezo por vosotros con toda el alma (Discurso, 20 de agosto).

*Queridos jóvenes  estad orgullosos por haber recibido el don de la fe, que iluminará vuestra vida en todo momento (Discurso, 20 de agosto).

*Queridos jóvenes, en estos momentos de silencio delante del Santísimo Sacramento, elevemos nuestras mentes y corazones a Jesucristo, el Señor de nuestras vidas y del futuro. Que Él derrame su Espíritu sobre nosotros y sobre toda la Iglesia, para que seamos promotores de libertad, reconciliación y paz en todo el mundo (Discurso, 20 de agosto).

*Queridos jóvenes, en el fondo, lo que nuestro corazón desea es lo bueno y bello de la vida. No permitáis que vuestros deseos y anhelos caigan en el vacío, antes bien haced que cobren fuerza en Cristo. Él es el cimiento firme, el punto de referencia seguro para una vida plena (Discurso, 20 de agosto).

*Mis queridos amigos, os invito a todos a establecer un diálogo personal con Cristo, exponiéndole las propias dudas y sobre todo escuchándolo. El Señor está aquí y os llama (Discurso, 20 de agosto).

*Pedid al Señor que os ayude a descubrir vuestra vocación en la vida y en la Iglesia, y a perseverar en ella con alegría y fidelidad, sabiendo que Él nunca os abandonará ni os traicionará. Él está con nosotros hasta el fin del mundo (Discurso, 20 de agosto).

*Ciertamente, son muchos en la actualidad los que se sienten atraídos por la figura de Cristo y desean conocerlo mejor. Perciben que Él es la respuesta a muchas de sus inquietudes personales. Pero, ¿quién es Él realmente? ¿Cómo es posible que alguien que ha vivido sobre la tierra hace tantos años tenga algo que ver conmigo hoy? (Homilía, 21 de agosto)

*Queridos jóvenes, también hoy Cristo se dirige a vosotros con la misma pregunta que hizo a los apóstoles: «Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?». Respondedle con generosidad y valentía, como corresponde a un corazón joven como el vuestro. Decidle: Jesús, yo sé que Tú eres el Hijo de Dios que has dado tu vida por mí. Quiero seguirte con fidelidad y dejarme guiar por tu palabra. Tú me conoces y me amas. Yo me fío de ti y pongo mi vida entera en tus manos. Quiero que seas la fuerza que me sostenga, la alegría que nunca me abandone (Homilía, 21 de agosto).

*De esta amistad con Jesús nacerá también el impulso que lleva a dar testimonio de la fe en los más diversos ambientes, incluso allí donde hay rechazo o indiferencia. No se puede encontrar a Cristo y no darlo a conocer a los demás. Por tanto, no os guardéis a Cristo para vosotros mismos. Comunicad a los demás la alegría de vuestra fe (Homilía, 21 de agosto).

*Llevad el conocimiento y el amor de Cristo por todo el mundo. Él quiere que seáis sus apóstoles en el siglo veintiuno y los mensajeros de su alegría. ¡No lo defraudéis! (Ángelus, 21 de agosto).

*Queridos jóvenes, Cristo os pide hoy que estéis arraigados en Él y construyáis con Él vuestra vida sobre la roca que es Él mismo. Él os envía para que seáis testigos valientes y sin complejos, auténticos y creíbles. No tengáis miedo de ser católicos, dando siempre testimonio de ello a vuestro alrededor, con sencillez y sinceridad (Ángelus, 21 de agosto).

*Mis queridos amigos, la fe no es una teoría. Creer significa entrar en una relación personal con Jesús y vivir la amistad con Él en comunión con los demás, en la comunidad de la Iglesia. Confiad a Cristo toda vuestra vida, y ayudad a vuestros amigos a alcanzar la fuente de la vida: Dios. Que el Señor haga de vosotros testigos gozosos de su amor (Ángelus, 21 de agosto).

*Queridos jóvenes y amigos, habéis encontrado a Jesucristo. Os sentiréis yendo contra corriente en medio de una sociedad donde impera la cultura relativista que renuncia a buscar y a poseer la verdad. Pero el Señor os ha enviado en este momento de la historia, lleno de grandes desafíos y oportunidades, para que, gracias a vuestra fe, siga resonando por toda la tierra la Buena Nueva de Cristo (Ángelus, 21 de agosto).

*Queridos jóvenes, firmes en la fe, arraigados en Cristo. Los talentos recibidos de Dios en estos días produzcan en vosotros abundantes frutos. Sed sus testigos. Llevad a los demás el mensaje del Evangelio. Con vuestra oración y con el ejemplo de la vida, ayudad a Europa a encontrar sus raíces cristianas (Ángelus, 21 de agosto).

*Amar es servir y el servicio acrecienta el amor (Discurso, 21 de agosto).

*Al amor de Cristo solo se puede responder con amor, y eso es lo que os pide el Papa en esta despedida: que respondáis con amor a quien por amor se ha entregado por vosotros.  (Discurso, 21 de agosto).

 *Esto es obra del Espíritu Santo, que hace presente a Jesucristo en los corazones de los jóvenes de cada época y les muestra así la grandeza de la vocación divina de todo ser humano (Discurso, 21 de agosto).

*Los jóvenes responden con diligencia cuando se les propone con sinceridad y verdad el encuentro con Jesucristo, único redentor de la humanidad (Discurso, 21 de agosto).

*No hay que desanimarse ante las contrariedades que, de diversos modos, se presentan en algunos países. Más fuerte que todas ellas es el anhelo de Dios, que el Creador ha puesto en el corazón de los jóvenes, y el poder de lo alto, que otorga fortaleza divina a los que siguen al Maestro y a los que buscan en Él alimento para la vida (Discurso, 21 de agosto).

*No temáis presentar a los jóvenes el mensaje de Jesucristo en toda su integridad e invitarlos a los sacramentos, por los cuales nos hace partícipes de su propia vida (Discurso, 21 de agosto).

SEPTIEMBRE

*La Eucaristía, don de Cristo para la salvación del mundo, indica y contiene el horizonte más verdadero de la experiencia que estáis viviendo: el amor de Cristo como plenitud del amor humano (Discurso, 11 de septiembre).

*Sobre todo la dificultad de encontrar un trabajo estable extiende un velo de incertidumbre sobre el futuro. Esta condición contribuye a posponer la toma de decisiones definitivas, e incide de modo negativo en el crecimiento de la sociedad, que no consigue valorar plenamente la riqueza de energías, de competencias y de creatividad de vuestra generación (Discurso, 11 de septiembre).

*Una cultura que tiende a prescindir de criterios morales claros: en la desorientación, cada uno se ve impulsado a moverse de manera individual y autónoma, frecuentemente en el único perímetro del presente (Discurso, 11 de septiembre).

*La fragmentación del tejido comunitario se refleja en un relativismo que mella los valores esenciales; la consonancia de sensaciones, de estados de ánimo y de emociones parece más importante que compartir un proyecto de vida (Discurso, 11 de septiembre).

 *La aparente exaltación del cuerpo, que en realidad banaliza la sexualidad y tiende a que se viva fuera de un contexto de comunión de vida y de amor (Discurso, 11 de septiembre).

*Queridos jóvenes, ¡no tengáis miedo de afrontar estos desafíos! No perdáis nunca la esperanza. Tened valor, también en las dificultades, permaneciendo firmes en la fe. Estad seguros de que, en toda circunstancia, sois amados y estáis custodiados por el amor de Dios, que es nuestra fuerza. Dios es bueno.

*Por esto es importante que el encuentro con Dios, sobre todo en la oración personal y comunitaria, sea constante, fiel, precisamente como es el camino de vuestro amor: amar a Dios y sentir que él me ama. ¡Nada nos puede separar del amor de Dios! (Discurso, 11 de septiembre)

*Estad seguros, además, de que también la Iglesia está cerca de vosotros, os sostiene, no cesa de miraros con gran confianza. Ella sabe que tenéis sed de valores, los valores verdaderos, sobre lo que vale la pena construir vuestra casa. El valor de la fe, de la persona, de la familia, de las relaciones humanas, de la justicia (Discurso, 11 de septiembre).

*Como novios estáis viviendo una época única que abre a la maravilla del encuentro y permite descubrir la belleza de existir y de ser valiosos para alguien, de poderos decir recíprocamente: tú eres importante para mí. Vivid con intensidad, gradualidad y verdad este camino. No renunciéis a perseguir un ideal alto de amor, reflejo y testimonio del amor de Dios (Discurso, 11 de septiembre).

*¿Pero cómo vivir esta etapa de vuestra vida, testimoniar el amor en la comunidad? Deseo deciros ante todo que evitéis cerraros en relaciones intimistas, falsamente tranquilizadoras; haced más bien que vuestra relación se convierta en levadura de una presencia activa y responsable en la comunidad (Discurso, 11 de septiembre).

*No olvidéis, además, que, para ser auténtico, también el amor requiere un camino de maduración: a partir de la atracción inicial y de «sentirse bien» con el otro, educaos a «querer bien» al otro, a «querer el bien» del otro. El amor vive de gratuidad, de sacrificio de uno mismo, de perdón y de respeto del otro (Discurso, 11 de septiembre).

*Queridos amigos, todo amor humano es signo del Amor eterno que nos ha creado y cuya gracia santifica la elección de un hombre y de una mujer de entregarse recíprocamente la vida en el matrimonio (Discurso, 11).

*Vivid este tiempo del noviazgo en la espera confiada de tal don, que hay que acoger recorriendo un camino de conocimiento, de respeto, de atenciones que jamás debéis perder: sólo con esta condición el lenguaje del amor seguirá siendo significativo también con el paso de los años (Discurso, 11 de septiembre).

*Educaos, también, desde ahora en la libertad de la fidelidad, que lleva a custodiarse recíprocamente, hasta vivir el uno para el otro (Discurso, 11 de septiembre).

*Preparaos a elegir con convicción el «para siempre» que connota el amor: la indisolubilidad, antes que una condición, es un don que hay que desear, pedir y vivir, más allá de cualquier situación humana mutable (Discurso, 11 de septiembre).

*Y no penséis, según una mentalidad extendida, que la convivencia sea garantía para el futuro. Quemar etapas acaba por «quemar» el amor, que en cambio necesita respetar los tiempos y la gradualidad en las expresiones; necesita dar espacio a Cristo, que es capaz de hacer un amor humano fiel, feliz e indisoluble (Discurso, 11 de septiembre).

*La fidelidad y la continuidad de que os queráis bien os harán capaces también de estar abiertos a la vida, de ser padres: la estabilidad de vuestra unión en el sacramento del matrimonio permitirá a los hijos que Dios quiera daros crecer con confianza en la bondad de la vida (Discurso, 11 de septiembre).

*Fidelidad, indisolubilidad y transmisión de la vida son los pilares de toda familia, verdadero bien común, valioso patrimonio para toda la sociedad. Desde ahora, fundad en ellos vuestro camino hacia el matrimonio y testimoniadlo también a vuestros coetáneos: ¡es un valioso servicio! (Discurso, 11 de septiembre).

*La experiencia del amor tiene en su interior la tensión hacia Dios. El verdadero amor promete el infinito. Haced, por lo tanto, de este tiempo vuestro de preparación al matrimonio un itinerario de fe: redescubrid para vuestra vida de pareja la centralidad de Jesucristo y de caminar en la Iglesia (Discurso, 11 de septiembre).

OCTUBRE

*En las últimas décadas, además, el desarrollo de los medios de comunicación ha difundido y amplificado un fenómeno que ya se perfilaba en los años sesenta: la virtualidad, que corre el peligro de dominar sobre la realidad. Cada vez más, incluso sin darse cuenta, las personas están inmersas en una dimensión virtual a causa de mensajes audiovisuales que acompañan su vida desde la mañana hasta la noche  (Homilía, 9 de octubre).

*Los más jóvenes, que han nacido ya en esta situación, parecen querer llenar de música y de imágenes cada momento vacío, casi por el miedo de sentir, precisamente, este vacío. Se trata de una tendencia que siempre ha existido, especialmente entre los jóvenes y en los contextos urbanos más desarrollados, pero hoy ha alcanzado tal nivel que se habla de mutación antropológica (Homilía, 9 de octubre).

*La violencia se convierte en algo normal y amenaza con destruir nuestra juventud en algunas partes del mundo. Puesto que la violencia llega a hacerse normal, se destruye la paz y, en esta falta de paz, el hombre se destruye a sí mismo (Intervención, 27 de octubre). 

NOVIEMBRE

*Queridos jóvenes, pueden tentaros reclamos de todo tipo: ideologías, sectas, dinero, drogas, sexo fácil o violencia. Estad alerta: quienes os hacen estas propuestas quieren destruir vuestro porvenir (exhort. Apost. 63, 19 de noviembre).

*Para alcanzar el discernimiento, la fuerza necesaria y la libertad para resistir a esas presiones, os animo a poner a Jesucristo en el centro de toda vuestra vida mediante la oración, y también mediante el estudio de la Sagrada Escritura, la práctica de los sacramentos, la formación en la Doctrina social de la Iglesia, así como a participar de manera activa y entusiasta en las agrupaciones y movimientos eclesiales (Exhort. Apost. Africae Munus 63, 19 de noviembre).

*El futuro está en manos de quienes saben encontrar razones sólidas para vivir y para esperar (Exhort. Apost. 63, 19 de noviembre).

*Los jóvenes tienen derecho a escuchar con claridad la enseñanza de la Iglesia y, más importante aún, sentirse estimulados por la coherencia y la belleza del mensaje cristiano, para que a su vez puedan infundir en sus coetáneos un amor profundo a Cristo y a su Iglesia (Discurso, 26 de noviembre).

*Queridos amigos, deseo concluir alentando a los jóvenes a descubrir en el trabajo de voluntariado un modo de acrecentar el propio amor oblativo, que da a la vida su significado más profundo (Discurso, 11 de noviembre).

*Los jóvenes reaccionan con prontitud a la vocación del amor. Ayudémosles a escuchar a Cristo, que hace oír en sus corazones su llamada y los atrae hacia sí (Discurso, 11 de noviembre).

DICIEMBRE

*La difusión de ideologías “débiles” en los diversos campos de la sociedad impele a los cristianos a un nuevo empuje en el ámbito intelectual, con el fin de animar a las nuevas generaciones a la búsqueda y el descubrimiento de la verdad sobre el hombre y sobre Dios (Discurso, 2 de diciembre).

 

*Queridos jóvenes estudiantes, os animo a aprovechar el tiempo de vuestros estudios para crecer en el conocimiento y en el amor de Cristo, mientras recorréis vuestro itinerario de formación intelectual y cultural (Discurso, 2 de diciembre).  

*La Iglesia mira a los jóvenes con esperanza, confía en ellos y los anima a buscar la verdad, a defender el bien común, a tener una perspectiva abierta sobre el mundo y ojos capaces de ver «cosas nuevas» [Is 42,9; 48,6] (Mensaje, 8 de diciembre).

*También los jóvenes han de tener el valor de vivir ante todo ellos mismos lo que piden a quienes están en su entorno. Les corresponde una gran responsabilidad: que tengan la fuerza de usar bien y conscientemente la libertad. También ellos son responsables de la propia educación y formación en la justicia y la paz (Mensaje, 8 de diciembre).

*Invito de modo particular a los jóvenes, que mantienen siempre viva la tensión hacia los ideales, a tener la paciencia y constancia de buscar la justicia y la paz, de cultivar el gusto por lo que es justo y verdadero, aun cuando esto pueda comportar sacrificio e ir contracorriente (Mensaje, 8 de diciembre).

*Queridos jóvenes, vosotros sois un don precioso para la sociedad. No os dejéis vencer por el desánimo ante las dificultades y no os entreguéis a las falsas soluciones, que con frecuencia se presentan como el camino más fácil para superar los problemas (Mensaje, 8 de diciembre).

*No tengáis miedo de comprometeros, de hacer frente al esfuerzo y al sacrificio, de elegir los caminos que requieren fidelidad y constancia, humildad y dedicación. Vivid con confianza vuestra juventud y esos profundos deseos de felicidad, verdad, belleza y amor verdadero que experimentáis. Vivid con intensidad esta etapa de vuestra vida tan rica y llena de entusiasmo (Mensaje, 8 de diciembre).

*Sed conscientes de que vosotros sois un ejemplo y estímulo para los adultos, y lo seréis cuanto más os esforcéis por superar las injusticias y la corrupción, cuanto más deseéis un futuro mejor y os comprometáis en construirlo (Mensaje, 8 de diciembre).

*Sed conscientes de vuestras capacidades y nunca os encerréis en vosotros mismos, sino sabed trabajar por un futuro más luminoso para todos. Nunca estáis solos. La Iglesia confía en vosotros, os sigue, os anima y desea ofreceros lo que tiene de más valor: la posibilidad de levantar los ojos hacia Dios, de encontrar a Jesucristo, Aquel que es la justicia y la paz (Mensaje, 8 de diciembre).

*Se ha de transmitir a los jóvenes el aprecio por el valor positivo de la vida, suscitando en ellos el deseo de gastarla al servicio del bien. Éste es un deber en el que todos estamos comprometidos en primera persona (Mensaje, 8 de diciembre).

  *Unamos nuestras fuerzas espirituales, morales y materiales para «educar a los jóvenes en la justicia y la paz» (Mensaje, 8 de diciembre).

*Las jóvenes generaciones, que acusan más la desorientación agravada además por la crisis actual, no solo económica sino también de valores, tienen necesidad sobre todo de reconocer a Jesucristo como «la clave, el centro y el fin de toda la historia humana» [Conc. Vat. II, Const. Gaudium et spes, 10] (Homilía, 31 de diciembre). 

AÑO 2012

ENERO

*«Educar a los jóvenes en la justicia y la paz» es la tarea que atañe a cada generación y, gracias a Dios, la familia humana, después de las tragedias de las dos grandes guerras mundiales, ha mostrado tener cada vez más consciente de ello (Homilía, 1 de enero).

*Quisiera subrayar que, frente a las sombras que hoy oscurecen el horizonte del mundo, asumir la responsabilidad de educar a los jóvenes en el conocimiento de la verdad y en los valores fundamentales, significa mirar al futuro con esperanza (Homilía, 1 de enero).

*En este compromiso por una educación integral, entra también la formación para la justicia y la paz (Homilía, 1 de enero).

*Esta educación parte de la familia y se desarrolla en la escuela y en las demás experiencias formativas (Homilía, 1 de enero).

*Los jóvenes miran hoy con cierto temor al futuro, manifestando aspectos de su vida que merecen atención (Angelus, 1 de enero).

*Invito a todos a tener la paciencia y la constancia de buscar la justicia y la paz, de cultivar el gusto por lo que es recto y verdadero (Angelus, 1 de enero).

*La solidaridad debe dirigirse, también, hacia los jóvenes, los más penalizados por la falta de trabajo. Una sociedad solidaria siempre debe interesarse por el futuro de las nuevas generaciones, disponiendo políticas adecuadas que garanticen un alojamiento a precios razonables y haciendo todo lo posible para asegurar una actividad laboral (Discurso, 12 de enero).

MARZO

*En el difícil contexto actual, muchos jóvenes en vuestro entorno tienen una inmensa necesidad de sentir que el mensaje cristiano es un mensaje de alegría y esperanza (Mensaje, 15 de marzo).

*La juventud es un período de un continuo descubrimiento de la vida, del mundo, de los demás y de sí mismo. Es un tiempo de apertura hacia el futuro, donde se manifiestan los grandes deseos de felicidad, de amistad, del compartir y de verdad; donde uno es impulsado por ideales y se conciben proyectos (Mensaje, 15 de marzo).

*Queridos jóvenes, no tengáis miedo de arriesgar vuestra vida abriéndola a Jesucristo y su Evangelio; es el camino para tener la paz y la verdadera felicidad dentro de nosotros mismos, es el camino para la verdadera realización de nuestra existencia de hijos de Dios, creados a su imagen y semejanza (Mensaje, 15 de marzo).

*Queridos amigos, aprended a ver cómo actúa Dios en vuestras vidas, descubridlo oculto en el corazón de los acontecimientos de cada día. Creed que Él es siempre fiel a la alianza que ha sellado con vosotros el día de vuestro Bautismo. Sabed que jamás os abandonará. Dirigid a menudo vuestra mirada hacia Él (Mensaje, 15 de marzo).

*El mundo necesita hombres y mujeres competentes y generosos, que se pongan al servicio del bien común. Esforzaos por estudiar con seriedad; cultivad vuestros talentos y ponedlos desde ahora al servicio del prójimo. Buscad el modo de contribuir, allí donde estéis, a que la sociedad sea más justa y humana (Mensaje, 15 de marzo).

*Queridos jóvenes, ¡recurrid a menudo al Sacramento de la Penitencia y la Reconciliación! Es el Sacramento de la alegría reencontrada (Mensaje, 15 de marzo).

*Queridos amigos, para concluir quisiera alentaros a ser misioneros de la alegría. No se puede ser feliz si los demás no lo son. Por ello, hay que compartir la alegría. Id a contar a los demás jóvenes vuestra alegría de haber encontrado aquel tesoro precioso que es Jesús mismo (Mensaje, 15 de  marzo).

MAYO

*Muchos jóvenes que buscan un ideal se orientan hacia paraísos artificiales que los destruyen. Adicciones, consumismo, materialismo y bienestar no colman el corazón del hombre, creado para lo infinito, puesto que la mayor pobreza es la falta de amor (Discurso, 4 de mayo).

*Es gratificante constatar cómo también en nuestros días la visión cristiana, presentada en su amplitud e integridad, se demuestra inmensamente atractiva para la imaginación, el idealismo y las aspiraciones de los jóvenes, que tienen derecho a conocer la fe en toda su belleza, su riqueza intelectual y sus exigencias radicales (Discurso, 5 de mayo).

*Existe la necesidad constante de conjugar el rigor intelectual al comunicar de modo eficaz, atractivo e integral la riqueza de la fe de la Iglesia con la formación de los jóvenes en el amor a Dios, en la práctica de la moral cristiana y en la vida sacramental y, además, en el cultivo de la oración personal y litúrgica (Discurso, 5 de mayo).

*A la desconfianza hacia el compromiso en el ámbito político y social, los cristianos, especialmente los jóvenes, están llamados a contraponer el compromiso y el amor a la responsabilidad, animados por la caridad evangélica, que pide no encerrarse en sí mismos, sino de interesarse por los demás (Discurso, 13 de mayo).

*A los jóvenes dirijo la invitación a saber pensar en grande: ¡tened la valentía de osar! Estad dispuestos a dar un nuevo sabor a toda la sociedad civil, con la sal de la honradez y del altruismo desinteresado. Es necesario recuperar sólidas motivaciones para servir al bien de los ciudadanos (Discurso, 13 de mayo).

SEPTIEMBRE

*Queridos jóvenes, os invito a cultivar de forma continua la amistad verdadera con Jesús (cf. Jn 15,13-15) por medio del poder de la oración (Exhortación Apostólica-63, 14 de septiembre).

*La oración personal se hará más fuerte acudiendo regularmente a los sacramentos, que permiten un verdadero encuentro con Dios y con los hermanos en la Iglesia (Exhortación Apostólica-63, 14 de septiembre).

*Jóvenes, no tengáis miedo ni reparo en testimoniar la amistad con Jesús en el ámbito familiar y público. Pero hacedlo respetando a los otros creyentes. No tengáis miedo ni vergüenza de ser cristianos (Exhortación Apostólica-63, 14 de septiembre).

*La relación con Jesús os hará disponibles para colaborar sin reservas con vuestros conciudadanos, con independencia de su afiliación religiosa, para construir el futuro de vuestro país sobre la dignidad humana, fuente y fundamento de la libertad, la igualdad y la paz en la justicia (Exhortación Apostólica-63, 14 de septiembre).

*Al amar a Cristo y a su Iglesia, podréis discernir sabiamente en la modernidad los valores útiles para vuestra plena realización y los males que envenenan lentamente vuestra vida (Exhortación Apostólica-63, 14 de septiembre).

*Tratad de no dejaros seducir por el materialismo y por ciertas redes sociales cuyo uso indiscriminado podría mutilar la verdadera naturaleza de las relaciones humanas (Exhortación Apostólica-63, 14 de septiembre).

AÑO 2013 

FEBRERO     

*La incertidumbre y la fragilidad que caracterizan a muchos jóvenes, a menudo los impulsan a la marginación, los hacen casi invisibles y ausentes de los procesos históricos y culturales de las sociedades. Y cada vez más frecuentemente fragilidad y marginalidad desembocan en fenómenos de dependencia de las drogas, de desviación, de violencia (Discurso, 7 de febrero).

Recopilados por: P. Mariano Esteban Caro