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Sumos Pontífices

Benedicto XVI 

Vida Consagrada

 

AÑO 2005 

SEPTIEMBRE

*Solamente si el superior, por su parte, vive en obediencia a Cristo y en sincera obediencia de la regla, los miembros de la comunidad pueden ver claramente que su obediencia al superior no sólo no es contraria a la libertad de los hijos de Dios, sino que además la hace madurar en conformidad con Cristo obediente al Padre (Carta, 27 de septiembre). 

*El ejercicio de la autoridad es un servicio necesario y valioso, para asegurar una vida auténticamente fraterna, en la búsqueda de la voluntad de Dios (Carta, 27 de septiembre). 

DICIEMBRE

*Vuestro anhelo primero y supremo debe ser testimoniar que es necesario escuchar y amar a Dios con todo el corazón, con toda el alma y con todas las fuerzas antes que a cualquier otra persona o cosa (Discurso, 10 de diciembre). 

*Este primado de Dios es de suma importancia precisamente en nuestro tiempo, en el que hay una gran ausencia de Dios (Discurso, 10 de diciembre). 

*Haced vuestro el conocido lema que resumía el programa de san Benito: “No anteponer nada al amor de Cristo” (Discurso, 10 de diciembre). 

*Proseguid por este camino, fortaleciendo vuestra fidelidad a los compromisos asumidos, al carisma de vuestros respectivos institutos y a las orientaciones de la Iglesia local (Discurso, 10 de diciembre). 

*Esta fidelidad, como sabéis, es posible a quienes se mantienen firmes en las fidelidades diarias, pequeñas, pero insustituibles (Discurso, 10 de diciembre). 

*Parte constitutiva de vuestra misión es, además, la vida comunitaria (Discurso, 10 de diciembre). 

*Al esforzaros por formar comunidades fraternas, mostráis que gracias al Evangelio pueden cambiar también las relaciones humanas, que el amor no es una utopía, sino más bien el secreto para construir un mundo más fraterno (Discurso, 10 de diciembre). 

*Ante la sed de dinero, que hoy domina casi por doquier, vuestra vida sobria y consagrada al servicio de los más necesitados recuerda que Dios es la riqueza verdadera que no perece (Discurso, 10 de diciembre). 

AÑO 2006 

FEBRERO

*La entrega concreta de las personas consagradas a Dios y a los hermanos se convierte en signo elocuente de la presencia del reino de Dios para el mundo de hoy (Homilía, 2 de febrero). 

*Dentro del pueblo de Dios las personas consagradas son como centinelas que descubren y anuncian la vida nueva ya presente en nuestra historia (Homilía, 2 de febrero). 

MAYO

*La vida de oración y de contemplación, fundada en el misterio eucarístico, se encuentra también en el corazón de la vocación de las personas consagradas (Discurso, 11 de mayo). 

*Con su entrega incondicional a la persona de Cristo y a su Iglesia, tienen la misión particular de recordar a todos la vocación universal a la santidad (Discurso, 11 de mayo). 

*Es fundamental que con una vida espiritual intensa, las personas consagradas proclamen que Dios solo basta para dar plenitud a la existencia humana (Discurso, 11 de mayo). 

*La vida consagrada es un don de Dios en beneficio de toda la Iglesia y al servicio de la vida del mundo (Discurso, 11 de mayo). 

*Invito a las personas consagradas, hombres y mujeres, a aumentar su sentido eclesial y su deseo de trabajar en una relación cada vez más estrecha con los pastores, acogiendo y difundiendo la doctrina de la Iglesia en su integridad y totalidad (Discurso, 11 de mayo). 

*Vuestro compromiso con frecuencia va acompañado de la cruz y a veces también de una soledad que requiere un profundo sentido de responsabilidad, una generosidad sin desfallecimientos y un constante olvido de vosotros mismos (Discurso, 22 de mayo). 

*Los consagrados y las consagradas hoy tienen la tarea de ser testigos de la transfigurante presencia de Dios en un mundo cada vez más desorientado y confuso (Discurso, 22 de mayo). 

*Ser capaces de ver nuestro tiempo con la mirada de la fe significa poder mirar al hombre, el mundo y la historia a la luz de Cristo crucificado y resucitado (Discurso, 22 de mayo). 

*Una condición previa al seguimiento de Cristo es la renuncia, el desprendimiento de todo lo que no es él (Discurso, 22 de mayo). 

*El Señor quiere hombres y mujeres libres, no vinculados, capaces de abandonarlo todo para seguirlo y encontrar en él su propio todo (Discurso, 22 de mayo). 

*Hacen falta opciones valientes, tanto a nivel personal como comunitario, que impriman una nueva disciplina en la vida de las personas consagradas y las lleven a redescubrir la dimensión totalizante de la sequela Christi (Discurso, 22 de mayo). 

*Pertenecer al Señor significa estar inflamados por su amor incandescente (Discurso, 22 de mayo). 

*Ser totalmente de Cristo para transformarse en una permanente confesión de fe, en una inequívoca proclamación de la verdad que hace libres ante la seducción de los falsos ídolos que han encandilado al mundo (Discurso, 22 de mayo). 

*Ser de Cristo significa mantener siempre ardiendo en el corazón una llama viva de amor, alimentada continuamente con la riqueza de la fe, no sólo cuando conlleva la alegría interior, sino también cuando va unida a las dificultades, a la aridez, al sufrimiento (Discurso, 22 de mayo). 

*El alimento de la vida interior es la oración, íntimo coloquio de alma consagrada con su Esposo divino (Discurso, 11 de mayo). 

*Vivir una vida casta significa también renunciar a la necesidad de aparecer, asumir un estilo de vida sobrio y modesto (Discurso, 22 de mayo). 

*Así, y sólo así, se puede seguir sin reservas a Cristo crucificado y pobre, sumergiéndose en su misterio y haciendo propias sus opciones de humildad, pobreza y mansedumbre (Discurso, 22 de mayo). 

*Los  consagrados y las consagradas están llamados a ser en el mundo signo creíble y luminoso del Evangelio y de sus paradojas, sin acomodarse a la mentalidad de este mundo, sino transformándose y renovando continuamente su propio compromiso (Discurso, 22 de mayo). 

*La vida consagrada, vivida en la fe, une íntimamente a Dios, aviva los carismas y confiere una extraordinaria fecundidad a vuestro servicio (Discurso, 26 de mayo). 

AÑO 2007 

FEBRERO

*Vuestro testimonio evangélico, para que sea verdaderamente eficaz, debe brotar de una repuesta sin reservas a la iniciativa de Dios, que os ha consagrado para sí con un acto especial de amor (Discurso, 2 de febrero). 

*Al elegir la obediencia, la pobreza y la castidad por el reino de los cielos, muestran que todo apego y amor a las cosas y a las personas es incapaz de saciar definitivamente el corazón (Discurso, 2 de febrero). 

*Por su naturaleza, la vida consagrada constituye una respuesta a Dios total y definitiva, incondicional y apasionada (Discurso, 2 de febrero). 

*No olvidéis nunca que la vida consagrada es un don divino y que es en primer lugar el Señor quien la lleva a buen fin según sus proyectos (Discurso, 2 de febrero). 

*Esta certeza de que el Señor nos lleva a buen fin, a pesar de nuestras debilidades, debe servirnos de consuelo, preservándonos de la tentación del desaliento frente a las inevitables dificultades de la vida y a los múltiples desafíos de la vida moderna (Discurso, 2 de febrero). 

*En la contemplación y en la actividad, en la soledad y en la fraternidad, en el servicio a los pobres y a los últimos, en el acompañamiento personal y en los areópagos modernos, estad dispuestos a proclamar y a testimoniar que Dios es Amor, que es dulce amarlo (Discurso, 2 de febrero). 

MAYO

*Este amor (fiel a Dios y a los hermanos) sin reservas, total, definitivo, incondicional y apasionado se manifiesta en el silencio, en la contemplación, en la oración y en las múltiples actividades que realizáis, en vuestras familias religiosas, en favor de la humanidad y principalmente de los más pobres y abandonados (Discurso, 12 de mayo). 

SEPTIEMBRE

*Quien quiera seguir a Cristo de un modo radical, debe renunciar a los bienes materiales. Pero debe vivir esta pobreza a partir de Cristo, como un modo de llegar a ser interiormente libre para el prójimo (Discurso, 8 de septiembre). 

*Para comprender bien lo que significa la castidad, debemos partir de su contenido positivo. Sólo lo encontraremos una vez más mirando a Cristo (Discurso, 8 de septiembre). 

*Los sacerdotes, los religiosos y las religiosas no viven sin relaciones interpersonales. Al contrario, la castidad significa una intensa relación. Se trata de una relación positiva con Cristo vivo y, a través de él, con el Padre (Discurso, 8 de septiembre). 

*Por eso, con el voto de castidad en el celibato no nos consagramos al individualismo o a una vida aislada, sino que prometemos de modo solemne poner totalmente y sin reservas al servicio del reino de Dios –y así al servicio de los hombres-  las intensas relaciones de que somos capaces y que recibimos como un don (Discurso, 8 de septiembre). 

*Los sacerdotes, las religiosas y los religiosos mismos se convierten en hombres y mujeres de la esperanza: contando totalmente con Dios y demostrando así que Dios  para ellos es una realidad, crean en el mundo espacio para su presencia, para la presencia del reino de Dios (Discurso, 8 de septiembre). 

*Pasemos a la obediencia. Jesús vivió toda su vida, desde los años ocultos de Nazaret hasta el momento de la muerte en cruz, en la escucha del Padre, en la obediencia al Padre…Jesús era un orante. Pero sabía escuchar y obedecer (Discurso, 8 de septiembre). 

*Los cristianos han experimentado siempre que, abandonándose a la voluntad del Padre, no se pierden, sino que de este modo encuentran el camino hacia una profunda identidad y libertad interior (Discurso, 8 de septiembre). 

*En Jesús los cristianos han descubierto que quien se entrega, se encuentra a sí mismo;  y quien se vincula con una obediencia fundamentada en Dios y animada por la búsqueda de Dios, llega a ser libre (Discurso, 8 de septiembre). 

*Escuchar a Dios y obedecerle no tiene nada que ver con una constricción desde el exterior y con una pérdida de sí mismo. Sólo entrando en la voluntad de Dios encontramos nuestra verdadera identidad (Discurso, 8 de septiembre). 

AÑO 2008 

FEBRERO

*Seguir a Cristo sin componendas tal como se propone en el Evangelio ha constituido la norma última y suprema de la vida religiosa (Discurso, 2 de febrero). 

*La vida consagrada tiene la misión de recordar que todos los cristianos han sido convocados por la Palabra para vivir de la Palabra y permanecer bajo su señorío (Discurso, 2 de febrero). 

*Queridos hermanos y hermanas, alimentad vuestra jornada con la oración, la meditación y la escucha de la palabra de Dios (Discurso, 2 de febrero). 

ABRIL

*Las religiosas, los religiosos y los sacerdotes de las congregaciones contribuyen generosamente a la misión de la Iglesia (Discurso, 19 de abril). 

*El testimonio profético de los religiosos  se caracteriza por una convicción profunda de la primacía del Evangelio para plasmar la vida cristiana y transformar la sociedad (Discurso, 19 de abril). 

MAYO

*Lo que nos une a todos es el hecho de estar llamados a anunciar juntos la alegría de Cristo y la belleza de La Iglesia (Discurso, 18 de mayo). 

*Esta alegría y esta belleza que provienen del Espíritu, son don y signo de la presencia de Dios en nuestras almas (Discurso, 18 de mayo). 

*La fidelidad de Dios es la que estimula y conforma nuestra fidelidad a él; por eso, dejémonos guiar por el Espíritu de verdad y de amor (Discurso, 18 de mayo). 

SEPTIEMBRE

*La profesión de los consejos evangélicos os ha configurado, queridos consagrados, con Aquel que por nosotros se hizo pobre, obediente y casto (Homilía, 12 de septiembre). 

*Obedeciendo volvéis vuestra alma hacia Aquel que es el Camino, la Verdad y la Vida (Homilía, 12 de septiembre). 

NOVIEMBRE

*Los consagrados constituyen una porción elegida del pueblo de Dios: sostener y conservar su fidelidad a la llamada divina, queridos hermanos y hermanas, es el compromiso  fundamental que realizáis  según modalidades ya bien consagradas gracias a la experiencia acumulada (Discurso, 20 de noviembre). 

*El monaquismo puede constituir para todas las formas de vida religiosa y de consagración una memoria de lo que es esencial  y tiene la primacía en toda vida bautismal: buscar a Cristo y no anteponer nada a su amor (Discurso, 20  de noviembre). 

*Los monasterios han de ser cada vez más oasis de vida ascética, donde se perciba la fascinación de la unión esponsal con Cristo y donde la opción por lo Absoluto de Dios esté envuelta en un clima constante de silencio y de contemplación (Discurso, 20 de noviembre). 

AÑO 2009 

FEBRERO

*Al elegir la obediencia, la pobreza y la castidad por el reino de los cielos, muestran que todo apego y amor  a las cosas y a las personas es incapaz de saciar definitivamente el corazón (Discurso, 2 de febrero). 

*No olvidéis que la vida consagrada es un don divino y que en primer lugar  es el Señor quien la lleva a buen fin según sus proyectos. Esta certeza de que el Señor nos lleva a buen fin, a pesar de nuestras debilidades, debe servirnos de consuelo, preservándonos de la tentación del desaliento frente a las inevitables dificultades  de la vida y a los múltiples desafíos de la época actual (Discurso, 2 de febrero). 

SEPTIEMBRE

*Queridas personas consagradas, con la profesión de los consejos evangélicos recordáis el primado que Dios debe tener en la vida de todo ser humano y, viviendo en fraternidad, testimoniáis cuán enriquecedora es la práctica del mandamiento del amor (Homilía, 26 de septiembre). 

*Testimoniad a Cristo vosotros, queridos religiosos y religiosas, con la gozosa y coherente práctica de los consejos evangélicos, indicando cuál es nuestra verdadera patria: el cielo (Homilía, 27 de septiembre). 

NOVIEMBRE

*Otro aspecto de la vida sacerdotal y religiosa es el don total de sí mismo a Dios (Mensaje, 13 de noviembre). 

*La existencia misma de los religiosos y de las religiosas habla del amor de Cristo, cuando le siguen con plena fidelidad al Evangelio y asumen con alegría sus criterios de juicio y conducta (Mensaje, 13 de noviembre). 

*Imitar a Cristo casto, pobre y obediente, e identificarse con él: he aquí el ideal de la vida consagrada, testimonio de la primacía absoluta de Dios en la vida y en la historia de los hombres (mensaje, 13 de noviembre). 

AÑO 2010 

FEBRERO 

*En una vida consagrada, una vida consagrada a Dios mediante Cristo, en la Iglesia sólo tiene sentido precisamente a partir de esta fe, de esta profesión de fe en Jesucristo, el Mediador único y definitivo (Homilía, 2 de febrero). 

*La vida consagrada, en efecto,  testimonia y expresa “con fuerza” precisamente que Dios y el hombre se buscan mutuamente, que el amor los atrae (Homilía, 2 de febrero). 

*La persona consagrada, por el mero hecho de existir, representa como un puente hacia Dios para todos aquellos que se encuentran con ella, les recuerda y les remite a Dios. Y todo esto en virtud de la mediación de Jesucristo, el Consagrado del Padre (Homilía, 2 de febrero). 

*Las personas consagradas están llamadas de modo especial a ser testigos de esta misericordia del Señor, en la cual el hombre encuentra su salvación (Homilía, 2 de febrero). 

*Las personas consagradas experimentan  la gracia, la misericordia y el perdón de Dios no sólo para sí mismas, sino también para los hermanos, al estar llamadas a llevar en el corazón y en la oración las angustias y los anhelos de los hombres, especialmente de aquellos que están alejados de Dios (Homilía, 2 de febrero). 

*Las personas consagradas mantienen viva la experiencia del perdón de Dios, porque tienen la conciencia de ser personas salvadas, de ser grandes cuando se reconocen pequeñas, de sentirse renovadas y envueltas por la santidad de Dios cuando reconocen su pecado (Homilía, 2 de febrero). 

*Las comunidades que viven en clausura, con su compromiso específico de fidelidad a “estar al pie de la cruz”,  a menudo desempeñan ese papel vicario, unidas al Cristo de la pasión, cargando sobre sí los sufrimientos y las pruebas de los demás y ofreciendo todo con alegría para la salvación del mundo (Homilía, 2 de febrero). 

*La vida consagrada es importante precisamente porque es signo de gratuidad y de amor, tanto más en una sociedad que corre el riesgo de ahogarse en el torbellino de lo efímero y lo útil (Homilía, 2 de febrero). 

*La vida consagrada testimonia la sobreabundancia de amor que impulsa a “perder” la propia, como respuesta a la sobreabundancia de amor del Señor, que “perdió” su vida por nosotros primero (Homilía, 2 de febrero). 

*Sólo en el cielo comprenderemos hasta qué punto la oración de las monjas de clausura acompaña eficazmente la acción apostólica (Audiencia, 3 de febrero). 

MARZO

*La vocación al amor adquiere distintas formas según los estados de vida. Llamadas por Dios a entregarse completamente a él, con corazón indiviso, las personas consagradas en el celibato son también un signo elocuente del amor de Dios al mundo y de la vocación a amar a Dios sobre todas las cosas (Carta, 20 de marzo).

JUNIO

*La oración litúrgica que, como monjas de clausura, marca los ritmos de vuestras jornadas y os hace intérpretes de la Iglesia-Esposa, que se une de modo especial al Señor (Homilía, 24 de junio). 

*Por esta oración coral (de la Liturgia de las Horas), que encuentra su culmen en la participación diaria en el sacrificio eucarístico, vuestra consagración al Señor en el silencio y en el ocultamiento se hace fecunda y rica en frutos, no sólo en relación al camino de santificación y de purificación personal, sino también respecto al apostolado de intercesión que leváis a cabo a favor de toda la Iglesia, a fin de que comparezca pura y santa ante el Señor (Homilía, 24 de junio). 

*Estad agradecidas a la divina Providencia por el don sublime y gratuito de la vocación monástica, a la que el Señor os ha llamado sin ningún mérito vuestro (Homilía, 24 de junio). 

*mediante el sacramento del Bautismo habéis recibido la gracia divina e, inmersas en su muerte y resurrección, habéis sido consagradas a Jesús, para pertenecerle exclusivamente a él (Homilía, 24 de junio). 

JULIO

*El monje no vive para sí, sino para los demás, y es por el bien de la Iglesia y de la sociedad que cultiva la vida contemplativa, para que la Iglesia y la sociedad siempre estén irrigadas de energías nuevas, de la acción del Señor (Encuentro, 4 de julio). 

SEPTIEMBRE

*La vida consagrada brilla en toda la historia de la Iglesia por su capacidad de asumir explícitamente la tarea del anuncio y la predicación de la Palabra de Dios, tanto en la missio ad gentes como en las más difíciles situaciones, con disponibilidad también para las nuevas condiciones de evangelización, emprendiendo con ánimo y audacia nuevos itinerarios y nuevos desafíos para anunciar eficazmente la Palabra de Dios (Exhortación Apostólica-94, 30 de septiembre).  

NOVIEMBRE

*Siendo la caridad el primer fruto del Espíritu (cf. Jl 5, 22) y el mayor de todos los carismas (cf. 1 Cor 12, 31), la comunidad religiosa enriquece a la Iglesia de la que es parte viva, antes de todo con su amor: ama a su Iglesia particular, la enriquece con sus carismas y la abre a una dimensión más universal (Discurso, 5 de noviembre).

*La vida consagrada como tal tiene su origen en el propio Señor que escogió para Si esta forma de vida virgen, pobre y obediente. Por eso la vida consagrada nunca podrá faltar ni morir en la Iglesia: fue querida por el propio Jesús como parcela irremovible de su Iglesia (Discurso, 5 de noviembre).

*Extiendo mi saludo a todos vuestros hermanos y hermanas esparcidos por el mundo, especialmente a cuantos sufren por testimoniar el Evangelio. Deseo expresar mi vivo agradecimiento por lo que hacéis en la Iglesia y con la Iglesia en favor de la evangelización y del hombre (Discurso, 26 de noviembre).

*Pienso en las múltiples actividades pastorales en las parroquias, en los santuarios y en los centros de culto, para la catequesis y la formación cristiana de los niños, de los jóvenes y los adultos, manifestando vuestra pasión por Cristo y por la humanidad. Pienso en el gran trabajo en el campo educativo, en las universidades y en las escuelas; en las múltiples obras sociales, a través de las cuales salís al encuentro de los hermanos más necesitados con el mismo amor de Dios. Pienso también en el testimonio, a veces arriesgado, de vida evangélica en las misiones ad gentes, en circunstancias a menudo difíciles (Discurso, 26 de noviembre).

*Vuestra vocación, que conlleva, ante todo, buscar a Dios, quaerere Deum: por vocación sois buscadores de Dios. A esta búsqueda consagráis las mejores energías de vuestra vida. Pasáis de las cosas secundarias a las esenciales, a lo que es verdaderamente importante; buscáis lo definitivo, buscáis a Dios, mantenéis la mirada dirigida hacia él. Como los primeros monjes, cultiváis una orientación escatológica: detrás de lo provisional buscáis lo que permanece, lo que no pasa (Discurso, 26 de noviembre).

*Buscáis a Dios en los hermanos que os ha dado, con los cuales compartís la misma vida y misión. Lo buscáis en los hombres y en las mujeres de nuestro tiempo, a los que sois enviados para ofrecerles, con la vida y la palabra, el don del Evangelio. Lo buscáis particularmente en los pobres, primeros destinatarios de la Buena Noticia. Lo buscáis en la Iglesia, donde el Señor se hace presente, sobre todo en la Eucaristía y en los demás sacramentos, y en su Palabra, que es camino primordial para la búsqueda de Dios, nos introduce en el coloquio con él y nos revela su verdadero rostro. ¡Sed siempre buscadores y testigos apasionados de Dios! (Discurso, 26 de noviembre).

*La renovación profunda de la vida consagrada parte de la centralidad de la Palabra de Dios, y más concretamente del Evangelio, regla suprema para todos vosotros, como afirma el concilio Vaticano II en el decreto Perfectae caritatis y como bien comprendieron vuestros fundadores: la vida consagrada es una planta con muchas ramas que hunde sus raíces en el Evangelio (Discurso, 26 de noviembre).

*El Evangelio vivido diariamente es el elemento que da atractivo y belleza a la vida consagrada y os presenta ante el mundo como una alternativa fiable. Esto necesita la sociedad actual, esto espera de vosotros la Iglesia: ser Evangelio vivo (Discurso, 26 de noviembre).

*Otro aspecto fundamental de la vida consagrada que quiero subrayar es la fraternidad: «confessio Trinitatis» y parábola de la Iglesia comunión. En efecto, a través de ella pasa el testimonio de vuestra consagración (Discurso, 26 de noviembre).

*La vida fraterna es uno de los aspectos que mayormente buscan los jóvenes cuando se acercan a vuestra vida; es un elemento profético importante que ofrecéis en una sociedad fuertemente individualista. Conozco los esfuerzos que estáis haciendo en este campo, como conozco también las dificultades que conlleva la vida comunitaria. Es necesario un discernimiento serio e constante para escuchar lo que el Espíritu dice a la comunidad, para reconocer lo que viene del Señor y lo que le es contrario (Discurso, 26 de noviembre).

*Sin el discernimiento, acompañado de la oración y la reflexión, la vida consagrada corre el riesgo de acomodarse a los criterios de este mundo: el individualismo, el consumismo, el materialismo; criterios por los que la fraternidad viene a menos y la misma vida consagrada pierde atractivo y garra (Discurso, 26 de noviembre).

*Sed maestros de discernimiento, a fin de que vuestros hermanos y vuestras hermanas asuman este habitus y vuestras comunidades sean signo elocuente para el mundo de hoy (Discurso, 26 de noviembre).

*Vosotros que ejercéis el servicio de la autoridad, y que tenéis tareas de guía y de proyección del futuro de vuestros Institutos religiosos, recordad que una parte importante de la animación espiritual y del gobierno es la búsqueda común de los medios para favorecer la comunión, la mutua comunicación, el afecto y la verdad en las relaciones recíprocas (Discurso, 26 de noviembre).

 *La misión es el modo de ser de la Iglesia y, en ésta, de la vida consagrada; forma parte de vuestra identidad; os impulsa a llevar el Evangelio a todos, sin fronteras (Discurso, 26 de noviembre).

*La misión, sostenida por una fuerte experiencia de Dios, por una robusta formación y por la vida fraterna en comunidad, es una clave para comprender y revitalizar la vida consagrada (Discurso, 26 de noviembre).

*Id, por tanto, y con fidelidad creativa haced vuestro el desafío de la nueva evangelización. Renovad vuestra presencia en los areópagos de hoy para anunciar, como hizo san Pablo en Atenas, al Dios «ignoto» (Discurso, 26 de noviembre).

*La vida consagrada tiene su origen en el Señor: él la quiere, para la edificación y la santidad de su Iglesia, y por eso la Iglesia misma nunca se verá privada de ella (Discurso, 26 de noviembre).

AÑO 2011

FEBRERO

*Queridos hermanos y hermanas, ¡escuchad asiduamente la Palabra, porque toda sabiduría de vida nace de la Palabra del Señor! Escrutad la Palabra, a través de la lectio divina, puesto que la vida consagrada «nace de la escucha de la Palabra de Dios y acoge el Evangelio como su norma de vida (Homilía, 2 de febrero).

*El vivir siguiendo a Cristo casto, pobre y obediente, se convierte en "exégesis" viva de la Palabra de Dios (Homilía, 2 de febrero). 

AGOSTO 

*Cada carisma es una palabra evangélica que el Espíritu Santo recuerda a su Iglesia (Discurso, 19 de agosto).

*La radicalidad evangélica es estar “arraigados y edificados en Cristo, y firmes en la fe”  que en la Vida Consagrada significa ir a la raíz del amor a Jesucristo con un corazón indiviso, sin anteponer nada a ese amor, con una pertenencia esponsal como la han vivido los santos (Discurso, 19 de agosto).

*El encuentro personal con Cristo que nutre vuestra consagración debe testimoniarse con toda su fuerza transformadora en vuestras vidas; y cobra una especial relevancia hoy, cuando «se constata una especie de “eclipse de Dios”, una cierta amnesia, más aún, un verdadero rechazo del cristianismo y una negación del tesoro de la fe recibida, con el riesgo de perder aquello que más profundamente nos caracteriza» [Mensaje para la XXVI Jornada Mundial de la Juventud 2011, 1].Frente al relativismo y la mediocridad, surge la necesidad de esta radicalidad que testimonia la consagración como una pertenencia a Dios sumamente amado(Discurso, 19 de agosto).

*Dicha radicalidad evangélica de la Vida Consagrada se expresa en la comunión filial con la Iglesia, hogar de los hijos de Dios que Cristo ha edificado. La comunión con los Pastores, que en nombre del Señor proponen el depósito de la fe recibido a través de los Apóstoles, del Magisterio de la Iglesia y de la tradición cristiana. La comunión con vuestra familia religiosa, custodiando su genuino patrimonio espiritual con gratitud, y apreciando también los otros carismas. La comunión con otros miembros de la Iglesia como los laicos, llamados a testimoniar desde su vocación específica el mismo evangelio del Señor (Discurso, 19 de agosto).

*La radicalidad evangélica se expresa en la misión que Dios ha querido confiaros. Desde la vida contemplativa que acoge en sus claustros la Palabra de Dios en silencio elocuente y adora su belleza en la soledad por Él habitada, hasta los diversos caminos de vida apostólica, en cuyos surcos germina la semilla evangélica en la educación de niños y jóvenes, el cuidado de los enfermos y ancianos, el acompañamiento de las familias, el compromiso a favor de la vida, el testimonio de la verdad, el anuncio de la paz y la caridad, la labor misionera y la nueva evangelización, y tantos otros campos del apostolado eclesial (Discurso, 19 de agosto).

*Queridas hermanas, este es el testimonio de la santidad a la que Dios os llama, siguiendo muy de cerca y sin condiciones a Jesucristo en la consagración, la comunión y la misión. La Iglesia necesita de vuestra fidelidad joven arraigada y edificada en Cristo. Gracias por vuestro “sí” generoso, total y perpetuo a la llamada del Amado. Que la Virgen María sostenga y acompañe vuestra juventud consagrada, con el vivo deseo de que interpele, aliente e ilumine a todos los jóvenes (Discurso, 19 de agosto).

*A las jóvenes religiosas, les recordé la belleza de su vocación vivida con fidelidad, y la importancia de su servicio apostólico y de su testimonio profético. Y permanece en mí la imagen de su entusiasmo, de una fe joven y llena de valentía con vistas al futuro, de voluntad de servir de este modo a la humanidad (Audiencia, 24 de agosto).

SEPTIEMBRE

*Un significativo papel en el testimonio de Jesucristo desempeñan en vuestro país los religiosos y las religiosas, que a menudo son héroes desconocidos de la vitalidad de la Iglesia en el ámbito local (Discurso, 8 de septiembre).

*Más allá de sus actividades apostólicas, los religiosos y la vida que llevan constituyen una fuente de fecundidad espiritual para toda la comunidad cristiana (Discurso, 8 de septiembre).

*Cuando se abren a la gracia de Dios, los religiosos y las religiosas inspiran a otros a responder con verdad, humildad y alegría a la invitación del Señor a seguirlo (Discurso, 8 de septiembre).

OCTUBRE

*Los monasterios tienen una función muy importante en el mundo, diría indispensable. Si en el medioevo fueron centros de saneamiento de los territorios pantanosos, hoy sirven para «sanear» el ambiente en otro sentido: a veces, de hecho, el clima que se respira en nuestras sociedades no es salubre, está contaminado por una mentalidad que no es cristiana, y ni siquiera humana, porque está dominada por los intereses económicos, preocupada sólo por las cosas terrenas y carente de una dimensión espiritual. En este clima no sólo se margina a Dios, sino también al prójimo, y las personas no se comprometen por el bien común. El monasterio, en cambio, es modelo de una sociedad que pone en el centro a Dios y la relación fraterna. Tenemos mucha necesidad de los monasterios también en nuestro tiempo (Discurso, 9 de octubre).

 *El núcleo de vuestra espiritualidad : el fuerte deseo de entrar en unión de vida con Dios, abandonando todo lo demás, todo aquello que impide esta comunión, y dejándose aferrar por el inmenso amor de Dios para vivir sólo de este amor (Homilía, 9 de octubre).

*Todo monasterio —masculino o femenino— es un oasis en el que, con la oración y la meditación, se excava incesantemente el pozo profundo del que podemos tomar el «agua viva» para nuestra sed más profunda (Homilía, 9 de octubre).

*Retirándose al silencio y la soledad, el hombre, por así decirlo, se «expone» a la realidad de su desnudez, se expone a ese aparente «vacío», para experimentar en cambio la Plenitud, la presencia de Dios, de la Realidad más real que existe, y que está más allá de la dimensión sensible. Es una presencia perceptible en toda criatura: en el aire que respiramos, en la luz que vemos y que nos calienta, en la hierba, en las piedras... Dios, Creator omnium, lo penetra todo, pero está más allá, y precisamente por esto es el fundamento de todo (Homilía, 9 de octubre).

*El monje, dejándolo todo, por así decirlo «se arriesga»: se expone a la soledad y al silencio para vivir sólo de lo esencial, y precisamente viviendo de lo esencial encuentra también una profunda comunión con los hermanos, con cada hombre (Homilía, 9 de octubre).

*Esta vocación, como toda vocación, encuentra respuesta en un camino, en la búsqueda de toda una vida. De hecho, no basta con retirarse a un lugar como este para aprender a estar en la presencia de Dios (Homilía, 9 de octubre).

*El llegar a ser monjes requiere tiempo, ejercicio, paciencia, «en una perseverante vigilancia divina —como afirmaba san Bruno— esperando el regreso del Señor para abrirle inmediatamente la puerta» (Carta a Rodolfo, 4); y precisamente en esto consiste la belleza de toda vocación en la Iglesia: dar tiempo a Dios de actuar con su Espíritu y a la propia humanidad de formarse, de crecer según la medida de la madurez de Cristo, en ese particular estado de vida (Homilía, 9 de octubre).

*A los ojos del mundo parece imposible permanecer durante toda la vida en un monasterio, pero en realidad toda una vida apenas es suficiente para entrar en esta unión con Dios, en esa Realidad esencial y profunda que es Jesucristo (Homilía, 9 de octubre).

*Vuestro puesto no es marginal: ninguna vocación es marginal en el pueblo de Dios: somos un único cuerpo, en el que cada miembro es importante y tiene la misma dignidad, y es inseparable del todo. También vosotros, que vivís en un aislamiento voluntario, estáis en realidad en el corazón de la Iglesia, y hacéis correr por sus venas la sangre pura de la contemplación y del amor de Dios (Homilía, 9 de octubre).

*Permaneciendo firmemente unidos a Cristo, como sarmientos a la vid, también vosotros, hermanos cartujos, estáis asociados a su misterio de salvación, como la Virgen María, que junto a la cruz stabat, unida al Hijo en la misma oblación de amor. Así, como María y junto con ella, también vosotros estáis insertados profundamente en el misterio de la Iglesia, sacramento de unión de los hombres con Dios y entre sí (Homilía, 9 de octubre).

*En todo momento, en el origen de la llamada divina está la iniciativa del amor infinito de Dios, que se manifiesta plenamente en Jesucristo (Mensaje, 18 de octubre).

*La grandeza de la vida cristiana consiste en efecto en amar “como” lo hace Dios; se trata de un amor que se manifiesta en el don total de sí mismo fiel y fecundo (Mensaje, 18 de octubre).

*En este terreno oblativo, en la apertura al amor de Dios y como fruto de este amor, nacen y crecen todas las vocaciones. Y bebiendo de este manantial mediante la oración, con el trato frecuente con la Palabra y los Sacramentos, especialmente la Eucaristía, será posible vivir el amor al prójimo en el que se aprende a descubrir el rostro de Cristo Señor ( Mensaje, 18 de octubre).

*Estas dos expresiones del único amor divino han de ser vividas con especial intensidad y pureza de corazón por quienes se han decidido a emprender un camino de discernimiento vocacional en el ministerio sacerdotal y la vida consagrada; constituyen su elemento determinante (Mensaje, 18 de octubre).

*El amor a Dios, del que los presbíteros y los religiosos se convierten en imágenes visibles –aunque siempre imperfectas– es la motivación de la respuesta a la llamada de especial consagración al Señor a través de la ordenación presbiteral o la profesión de los consejos evangélicos (Mensaje, 18 de octubre).

*La otra expresión concreta del amor, el amor al prójimo, sobre todo hacia los más necesitados y los que sufren, es el impulso decisivo que hace del sacerdote y de la persona consagrada alguien que suscita comunión entre la gente y un sembrador de esperanza (Mensaje, 18 de octubre).

 *La relación de los consagrados, especialmente del sacerdote, con la comunidad cristiana es vital y llega a ser parte fundamental de su horizonte afectivo (Mensaje, 18 de octubre). 

NOVIEMBRE

*Queridos religiosos y religiosas, de vida activa y contemplativa, la vida consagrada es una seguimiento radical de Jesús. Que vuestra opción incondicional por Cristo os conduzca a una amor sin fronteras por el prójimo. La pobreza y la castidad os hagan verdaderamente libres para obedecer incondicionalmente al único Amor que, cuando os alcanza, os impulsa a derramarlo por todas partes (Discurso, 19 de noviembre).

*Pobreza, obediencia y castidad aumenten en vosotros la sed de Dios y el hambre de su Palabra, que, al crecer, se convierte en hambre y sed para servir al prójimo hambriento de justicia, paz y reconciliación (Discurso, 19 de noviembre).

*Fielmente vividos, los consejos evangélicos os trasforman en hermano universal o en hermana de todos, y os ayudan a avanzar con determinación por el camino de la santidad. Llegaréis si estáis convencidos de que para vosotros la vida es Cristo, y hacéis de vuestras comunidades reflejo de la gloria de Dios y lugares donde no tenéis otra deuda con nadie, sino la del amor mutuo (Discurso, 19 de noviembre).

*Con vuestros carismas propios, vividos con un espíritu de apertura a la catolicidad de la Iglesia, podéis contribuir a una expresión armoniosa de la inmensidad de los dones divinos al servicio de toda la humanidad (Discurso, 19 de noviembre).

*Por los votos de castidad, pobreza y obediencia, la vida de las personas consagradas se ha convertido en un testimonio profético. Pueden ser así ejemplo para la reconciliación, la justicia y la paz, incluso en circunstancias de gran tensión (Exhort. Apost. Africae Munus 117, 19 de noviembre).

*La vida de comunidad muestra que es posible vivir fraternamente estando unidos, aun cuando sea diferente el origen étnico o racial (Exhort. Apost. Africae Munus 117, 19 de noviembre).

 *Queridos consagrados, seguid viviendo vuestro carisma con un celo verdaderamente apostólico en los diversos campos indicados por vuestros fundadores. Así pondréis más cuidado en mantener encendida vuestra lámpara (Exhort. Apost. Africae Munus. 118, 19 de noviembre).

 *Que el Señor bendiga a los hombres y mujeres que han decidido seguirlo sin condiciones. Su vida oculta es como la levadura en la masa. Su oración constante sostendrá el esfuerzo apostólico de los obispos, sacerdotes, de otras personas consagradas, de los catequistas y de toda la Iglesia (Exhort. Apost. Africae Munus 119, 19 de noviembre).

AÑO 2012

ENERO

*La persona consagrada existe «para» los demás, se entrega a los demás. Entregar a Dios quiere decir ya no pertenecerse a sí mismo, sino a todos. Es consagrado quien, como Jesús, es separado del mundo y apartado para Dios con vistas a una tarea y, precisamente por ello, está completamente a disposición de todos. Para los discípulos, será continuar la misión de Jesús, entregarse a Dios para estar así en misión para todos (Audiencia, 25 de enero).

FEBRERO

*Los consejos evangélicos, aceptados como auténtica regla de vida, refuerzan la fe, la esperanza y la caridad, que unen a Dios. Esta profunda cercanía al Señor, que debe ser el elemento prioritario y característico de vuestra existencia, os llevará a una renovada adhesión a él y tendrá un influjo positivo en vuestra particular presencia y forma de apostolado en el seno del pueblo de Dios, mediante la aportación de vuestros carismas, con fidelidad al Magisterio, a fin de ser testigos de la fe y de la gracia, testigos creíbles para la Iglesia y para el mundo de hoy (Homilía, 2 de febrero).

MAYO

*La profesión de los consejos evangélicos es un camino real para vivir la caridad de Cristo (Discurso, 13 de mayo).

SEPTIEMBRE

*La vida consagrada, contemplativa y apostólica, es una profundización de la consagración bautismal. En efecto, los monjes y monjas buscan seguir a Cristo de manera más radical mediante la profesión de los consejos evangélicos de obediencia, castidad y pobreza. La entrega sin reservas de sí mismos al Señor, y su amor desinteresado por todos los hombres, dan testimonio de Dios y son verdaderos signos de su amor por el mundo (Exhortación Apostólica-52, 14 de septiembre).

*Vivida como un don precioso del Espíritu Santo, la vida consagrada es un apoyo irremplazable para la vida y la pastoral de la Iglesia (Exhortación Apostólica-52, 14 de septiembre).

*Las comunidades religiosas serán signos proféticos de la comunión en sus iglesias y en el mundo entero en la medida en que estén realmente fundadas en la Palabra de Dios, la comunión fraterna y el testimonio de la diaconía (Exhortación Apostólica-52, 14 de septiembre).

*En la vida cenobítica, la comunidad o el monasterio tienen por vocación el ser lugar privilegiado de la unión con Dios y la comunión con el prójimo. Es el lugar donde la persona consagrada aprende a caminar siempre desde Cristo, para ser fiel a su misión con la oración y el recogimiento, y ser para todos los fieles un signo de la vida eterna, que ya ha comenzado aquí (exhortación Apostólica-52, 14 de septiembre)


Recopilados por: P. Mariano Esteban Caro